Tamales para aliviar los males

"'Tamales para aliviar los males', era el pregón de las vendedoras coloniales del tamal peruano, tradicional en los desayunos de domingo en el país vecino y hoy presentes, por supuesto, en Chile".

La masa de choclo cocida envuelta en algún tipo de hoja postula para ser el alimento mas intrínsecamente americano. Lo que llamamos humita está presente en casi todo el continente con distintos matices de sabor y varios nombres, pero sin duda el más común es el de "Tamal".

Existen diversas versiones sobre el origen del tamal. En México, que lo consumían las culturas prehispánicas y en Perú, a la llegada de los africanos.

"Tamales para aliviar los males", era el pregón de las vendedoras coloniales del tamal peruano, tradicional en los desayunos de domingo en el país vecino y hoy presentes, por supuesto, en Chile.

Habiendo probado diversos tamales en Santiago, me atrevo a decir que el mejor, por la suavidad de su masa y el equilibrio en su aliño, lo ofrece César Sánchez en "Huacatay", restaurant de cocina peruana ubicado en el barrio Franklin (Nataniel Cox #2060, local 24, galería Franklin).

"El secreto de mi abuela era un buen molido del maíz y el aderezo para potenciar la masa", detalla Sánchez para referirse a su tamal, que contiene ají panca, ají mirasol, ajo, aceituna, cerdo o pollo, envuelto en la tradicional hoja de plátano y servido con cebolla morada y salsa de rocoto.

"Huacatay" resulta de la mezcla entre las raíces gastronómicas de César, oriundo del distrito de Paiján, en el norte del Perú, y su experiencia gourmet adquirida trabajando en la cocina de "Astrid y Gastón", marca del internacional chef Gastón Acurio. Destacan también sus ceviches y un particular lomo saltado que se sirve sobre un risotto saborizado con la hierba que le dá el nombre al local, el huacatay. Ideas de Sánchez que saben mejor acompañadas de su chichita morada, "buenazo".

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