Chileno detenido en Indonesia explica cómo sobrevivió en calabozo a oscuras

Víctor Ortega relató el calvario que debió enfrentar durante meses, con pequeñas raciones de comida al día, sin cama y totalmente incomunicado.

Tras pasar ocho meses recluido en Bali, Indonesia, luego que fuera sorprendido llevando cinco semillas de marihuana en julio de 2018, Víctor Ortega resgresó al país y relató por primera vez su historia.

En medio de un viaje por distintos países del mundo, el chileno explicó que "al pasar por Holanda, un amigo me llama y me pide llevarle unas semillas de marihuana. Yo las compré con mi tarjeta de crédito. Continué mi viaje de manera normal".

El drama comenzó en el aeropuerto de Bali, cuando "un policía al azar me elige y ahí revisa mi mochila. Yo estaba tranquilo, ya me había pasado en otros países. Yo siempre dije la verdad. Me preguntó por qué viajaba solo (...) yo estaba confundido porque media hora atrás me entero de la muerte de mi abuela (por WhatsApp".

"Yo veo el WhatsApp y el policía me llama. No sabía si reaccionar sobre la noticia de mi abuela o de lo que me estaba pasando. El tipo me dice espera acá y después me dice 'acompáñame'. Los tipos me chequean entero, me desnudan. Me llevan a un hospital para saber si llevo ovoide, me hacen examen de orina, salió negativo", relató al matinal Bienvenidos.

"Escribí un WhatsApp muy rápido y llamo a mi hermana. En Chile debieron haber sido las 03:00", contó.

"Yo generalmente dejo el teléfono en silencio, pero la (escueta) respuesta que me dio mi hermano sobre la muerte de mi abuelita me dejo pensando. Ese día dejé todo con volumen. Me dice, 'negra estoy detenido, necesito por favor que vayas a Contraloría' No entendía nada, así que lo único que atiné fue a preguntarle '¿cómo estás tú?'", recordó la hermana, presente en el estudio.

"En un gesto un poco prepotente me pide el celular. Ahí me di cuenta de lo que estaba pasando. Yo firmaba documentos sin pedir nada. Lo único que entendía que un policía me decía 'tú eres traficante y vas a pasar aquí largo tiempo' (...) me llevan a un centro de detención y paso detenido dos meses en un calabozo. Perdí la noción del tiempo en un momento. Era un calabozo oscuro", continuó Víctor.

"Es difícil, acordarse de ese momento es difícil. Uno entra, te dicen 'este es tu lugar'. Yo alcancé a ver la luz del pasillo, me di cuenta que no había cama. Durante el día pensaba, preocupado por mi familia, lloré harto. La cabeza se empieza a llenar de muchos pensamientos, pensaba en mi hija (que estaba por nacer)... uno se vuelve un poco loco. Depende de la luz. Trataba de caminar, porque dormía en el sueño, me dolían los huesos... después uno se termina acostumbrando", dijo.

VIDA EN EL CALABOZO

Sobre el trato recibido en la prisión, Ortega agregó que "me golpeaban la puerta y me dejaban una bolsa pequeña donde venía arroz y un poco de tofu... mi desayuno. Cuatro horas más tarde venía el almuerzo y agua. Todos los días los mismo. En la noche sólo tomaba agua".

https://twitter.com/Bienvenidos13/status/1110541301064351745

¿Cómo lo hizo para sobrevivir en el calabozo? "Me ponía metas. Cuando prendían la luz, decía 'ok, esto es un día'. tengo que aguantar hasta que prendan la luz de nuevo. Me inventaba historias, soñaba", reveló.

A miles de kilómetros, su hija debía nacer en diciembre. En el calabozo, imaginó este momento. "En este calabozo la dibujé, hasta que llegó mi hermana y ahí sentí un poco la calma. Mi idea era siempre 'voy a salir mañana, voy a salir mañana'", relató.

En relación a los momentos más duros que lo tocó enfrentar en Indonesia, reconoció que fue "cuando me acusan de traficante y me dicen que el cargo mínimo es de 5 a 15 años. Nunca vi el cielo en cuatro meses. Yo pedía agua, el agua la pasaban en una botella y ahí bajé 15 kilos porque me enfermé del estómago".

Además, contó sobre el día en que vivió un fuerte terremoto en el calabozo. "Se me movió todo, pedí ayuda. Una de las paredes se agrietó. En ese momento, preocupado por mi hermana, que ya había llegado, y en un momento de la noche escucho a mi hermana que dice 'hermano te amo, estoy bien'. Traté de responder pero no podía, porque no sabía cuál iba a ser la reacción de los gendarmes".

Sobre su liberación, Víctor Ortega aseguró que finalmente "cambiaron el artículo y fui pasado a consumidor".

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