Expertos habían advertido de que se trataba de una estructura fallida que debía ser reemplazada.
Este martes todo se detuvo en Italia. La pena y el horror se apoderaron de los pocos más de 60 millones de habitantes, quienes siguieron minuto a minuto los detalles del trágico desplome de un tramo del puente Morandi, de la autopista A-10, en la ciudad de Génova.
Las autoridades de ese país hablan de 39 muertos y una decena de heridos, en uno de los derrumbes más graves de Europa. Entre ellos está el chileno, oriundo de Quillota, Juan Figueroa Carrasco (60), quien residía en Italia hace cuatro décadas, dedicado a la artesanía y cuyo deceso fue confirmado por su hermano, Miguel, quien llegó de inmediato al hospital de la ciudad tras enterarse el desplome del puente.
Según cercanos a la familia, la víctima viajaba constantemente a Chile porque acá quedaron sus hijos y la próxima visita la tenía agendada para Fiestas Patrias.
Pero él no fue el único chileno, ya que también fallecieron Juan Carlos Pastenes y Nora Rivera, quienes eran matrimonio. Una sobrina de ellos confirmó la tarde de ayer la triste noticia.
Hasta el cierre de esta edición, la Cancillería se encontraba recabando antecedentes, pese a que los propios familiares de las víctimas fatales ya habían hecho pública la información.
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Escalofriantes resultan las imágenes del momento exacto en el que colapsa el viaducto. La neblina no permitió ver caer los tres camiones y la decena de vehículos, pero el audio da cuenta de la desesperación de los testigos.
Las hipótesis que explicarían el derrumbe de la estructura apuntan a que el puente cedió bajo el peso de los vehículos y las intensas lluvias que afectaron a la zona.
Sin embargo, algunos sectores de la sociedad, simplemente, hablan de una tragedia anunciada.
El polémico puente, inaugurado en 1967, demoró cuatro años en ser construido y nunca fue santo de la devoción de los italianos por sus costos de producción, por el caro mantenimiento y las irregularidades que presentaba en la vía.
En total, el puente medía 1.182 metros y se elevaba 45 metros sobre la carretera. Lo sustentaban tres pilares de cemento armado, que alcanzaban los 90 metros y que hace sólo dos años habían recibido mantenimiento.
Un poco antes había recibido la sustitución de los cables de suspensión que eran demasiado delgados para la estructura y la corrección de grietas en el hormigón.
Algo impensable para un viaducto que se construyó con la idea de que estuviera un siglo de pie.
El ingeniero Antonio Brencich, profesor de la Universidad de Génova, en el 2016 calificó el viaducto sobre el río Polcevera como un "fracaso de la ingeniería" y ya había anunciado que era necesario sustituirlo.
Agregó que desde los 80 la gente reclamaba por el plano inclinado de la construcción y sus altibajos debido a desplazamientos diferidos de las estructuras de la cubierta.
La empresa Autoestrade del grupo italiano Atlantia, el mayor operador de autopistas en Chile, aseguró que el puente estaba en mantenimiento y las causas del colapso serían investigadas.
Víctimas
Hasta el momento van tres víctimas chilenas confirmadas:
Juan Figueroa.
Nora Rivera.
Juan Carlos Pastenes.
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