El drama de los tatas que se declaran en quiebra

Sólo el 2018, 4 mil personas se declararon en bancarrota, y de ese número, el 15% eran adultos mayores agobiados por deudas que, en casos, son siete veces mayores a sus ingresos. En Chile, un tercio de los ancianos vive con calillas.

Por las razones que sean, millones de chilenos están morosos al día de hoy, y muchos de ellos con escasas posibilidades de cumplir con sus compromisos con la banca, el retail u otras entidades.

Algunos, por malas rachas laborales se ven con el agua hasta el cuello, pero basta con tomar un buen empleo -aunque es sabido que la cosa está ruda- para empezar a ponerse al día. Sin embargo, ¿qué corre para los adultos mayores, que son el 11,4% de nuestra población y que, en su mayoría, ya no perciben ingresos que no sean los correspondientes a su jubilación?

Esta situación no es aislada, ya que según los números que maneja el portal ChileDeudas.cl (basado en estudios de la Universidad San Sebastián-Equifax), son 600 mil los casos de personas de la Tercera Edad que están con calillas. Esta cifra corresponde al 13% del total de los deudores nacionales, número no menor.

¿Algo más dramático todavía? Los incumplimientos financieros de este grupo, en promedio, superan los 1,8 millones de pesos, cifra que triplica la media de sus ingresos, que no pasan de las 600 lucas.

Si nos vamos más al detalle, hay casos aún más alarmantes, como lo destaca el director de ChileDeudas.cl, Guillermo Figueroa, quien aporta que hay cerca de 50 mil adultos mayores que perciben una Pensión Básica Solidaria que apenas sobrepasa los $107 mil al mes, y que están en la categoría de morosidad, con incumplimientos financieros que ascienden a 750 mil pesos, siete veces más que sus ingresos.

Duras salidas. Para tratar de escapar de esta incómoda zona, muchos tatas se ven obligados a tomar drásticas medidas, con tal de no vivir atormentados su última etapa en la Tierra.

De los 4 mil casos de quiebras personales concretados el año pasado, el 15% tiene que ver con adultos mayores, llegando a 600 procesos. Esos abuelos se acogen a fases de renegociación de sus deudas, lo que debe ser aprobado por sus acreedores, o bien, tienen la chance de tomar el camino de la liquidación de sus bienes, lo que es más doloroso para el implicado.

"Esto es muy preocupante, dado que la toma de deuda por parte de los adultos mayores en Chile es bastante costosa, y para poner en contexto esta cruda realidad, estas personas ancianas utilizan los dineros para comprar medicamentos y costear sus procesos médicos, o sea, para subsistir", alarma Figueroa.

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