Expertos le ponen nota al nuevo calendario pingüino

Odioso bicho del coronavirus modificó el año escolar. Se adelantaron las vacaciones de invierno y el fin de las clases será en enero: ¿cómo se debe enfrentar?

Primero el ministerio de Educación anunció la suspensión de clases de forma presencial, además de adelantar el calendario de las vacaciones de invierno para las últimas dos semanas de abril producto de la pandemia del coronavirus.

Ahora se informó a la comunidad la extensión para enero del año escolar con el objetivo de garantizar la completa revisión de los contenidos, que ya están remotamente disponibles a través de la plataforma que dispuso el Mineduc.

Pero ¿Qué opinan los expertos de esta modificación? ¿Cómo se puede enfrentar de buena manera? Para el director ejecutivo de Smart Coach, Isaías Sharon, "es fundamental que podamos comprender, tanto grandes como niños, que este no será un año normal, y eso también afecta a la forma en que llevaremos nuestro proceso de educación".

Agregó que "es muy importante explicarles a los niños y niñas el efecto que esta paralización tendrá en sus actividades habituales, y lo importante de no perder los espacios de aprendizaje y de socialización con sus pares".

Sin embargo Sharon sostiene que es fundamental que los establecimientos educacionales y el Ministerio "comprendan a cabalidad que, al no ser un año normal, no es lo más importante cumplir con lo que dice el currículum, sino que asegurar el aprendizaje de aquellos elementos esenciales (...) no hacer todo el programa, sino que el niño pueda aprender lo que sí le sirve y requiere incorporar".

Extender el calendario desmotiva

Para Marcelo Arancibia, Doctor en Educación y académico del Instituto de Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U. Austral, "extender el calendario de las clases hasta enero hace que tanto los estudiantes como los profesores pierdan la motivación por el estudio después de un año tan complicado y extenso como fue el 2019".

"Recuperar clases es más que nada un tema burocrático para cumplir con las horas. Creo que se está exagerando, ya que estamos hablando de un año inédito que nadie lo pudo pronosticar. Las autoridades deberían preocuparse más en las personas que en las horas 'perdidas', la salud mental de alumnos y profesores", remachó.

Por último, Mauricio Véliz Campos, docente investigador de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Talca, opinó que como "el proceso de enseñanza y aprendizaje está siempre condicionado a los factores contextuales, y dado que estamos atravesando por una crisis que ha alterado la vida de las personas en todas sus dimensiones, resulta difícil pensar que el aprendizaje no se verá afectado, si es que este se ve como aprendizaje y desarrollo de las competencias que se espera que desarrollen los niños y niñas a partir de un currículum nacional".

Para Véliz Campos estos fenómenos "ofrecen la oportunidad para que los niños desarrollen otro tipo de aprendizaje que probablemente tiene un alcance más trascendental, y que van en directa relación con lo que se conoce como habilidades para la vida, como lo es la capacidad de adaptación al cambio, la autorregulación".

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