La dramática historia de los 'sin casa' de San Miguel

Pese a que tienen un subsidio, no reúnen requisitos solicitados por inmobiliarias. Tampoco a arriendos a menos de $300 mil. Viven en la calle y no tienen ni un baño. Desde la muni dicen que los tratan de ayudar con lo que pueden.

No tienen dinero ni para comer. Aseguran que no se han bañado hace más de una semana y duermen en la vereda. Esta es la cruda realidad de dos familias que están viviendo en la calle hace 11 días, tras ser desalojados de un terreno que compartían en San Miguel.

Pero toda historia tiene un comienzo. Esta comenzó en 2006, cuando Nancy Rubio (48) y pareja, Eduardo Marchant, llegaron a vivir junto a a hija de ambos a la casa de su suegra. Todo andaba de perillas, hasta que la madre de Eduardo falleció. Con el tiempo el hombre comenzó a agredir a Nancy en reiteradas ocasiones.

Cansada de esta situación, la mujer lo demandó por violencia intrafamiliar y en noviembre del 2009, el agresor tuvo que dejar la casa.

Desde ese momento Eduardo desapareció de la vida de ambas. No pagaba la pensión alimenticia, y menos volvió a visitarlas.

La jefa de hogar paró la olla vendiendo cuchuflíes en la vía pública y subarrendó parte del sitio a Ana Orellana Fajardo (48) junto a su hermano Luis Orellana Fajardo (58).

Todo iba bien para ellos, hasta que en el 2016 el hermano de Eduardo, comenzó con los trámites para vender la vivienda, ubicada en calle José Joaquín Vallejos 1569, en San Miguel. Según la mujer, el hombre les decía continuamente que no se preocupara por la venta porque a ellas no la iban a dejar sin techo.

Nancy Rubio dijo que la falsa promesa quedó en evidencia los primeros días de enero, porque la casa fue vendida y su familia desalojada del terreno.

Drama

Sin lugar donde ir, hoy pernoctan afuera de la casa, en la vereda, con colchones y muebles en el suelo. Cocinan en la calle con un balón de gas.

La actual cuidadora de la vivienda aceptó que las familias usaran el baño solo para orinar. El problema es que por la cantidad de días que llevan en esta situación, la higiene personal es escasa.

Es por eso que Nancy prefirió sacar a su hija del lugar. "A mi hija la amo, no la puedo tener viviendo en la calle, porque estaría vulnerando sus derechos".

Noche

El grupo lo pasa peor en las noches. Dicen que casi no duermen porque deben cuidar sus pocas pertenencias de los amigos de lo ajeno. Gracias a los perros de Ana Orellana lograron corretear hace unos días a unos ladrones y salvaron sus cosas.

La misma mujer reconoce que está preocupada por sus 6 perros, que no tienen agua ni comida. Fue enérgica al decir que "no pido nada para mí, solo quiero que algún animalista les traiga, alimento y líquido, no quiero que se mueran. Además mi hermano Luis, padece de esquizofrenia, está muy asustado viviendo en la calle, pido ayuda por él también".

La señora Ana tiene aprobado el subsidio habitacional gestionado por la municipalidad, pero no cumple con los requisitos que piden las inmobiliarias para acceder a un techo.

Municipalidad

Desde la municipalidad de San Miguel, el alcalde Luis Sanhueza aseguró que " a partir del 2016 estamos ayudando a la familia Orellana Fajardo y Nancy Rubio a mejorar su situación, hemos ayudado a su hermana (Inés Orellana) que hoy está viviendo en Rancagua Las s hemos apoyado en todo, antes del desalojo y después, con mercadería apoyo médico, licencias de vendedores ambulantes, ella deben hacer uso del subsidio habitacional que gestionamos por ellas. Lamentablemente en San Miguel no hay arriendos por menos de $300 mil, ahora le llevaremos un baño químico y agilizaremos un operativo médico".

Nancy y Ana insisten que aunque no tienen parentesco en común, tras años viviendo en el mismo sitio, decidieron no separarse nunca y buscar un hogar juntas para dar un mejor pasar a sus familias.

Temas Relacionados

COMPARTIR NOTA