La obsesión de Miljenko Ladislao Konstantin Parcerisas Vukovic (56) con Julia Roberts es más grande que el nombre del descendiente de una pareja de yugoslavos.
A pesar de que ha sido pobre toda su vida, siempre consigue platita para hacerse un nuevo tatuaje.
El compadre de Valpo desde 1998 recurre a los servicios del tatuador Leonardo Alarcón, quien le ha realizado los últimos 60 dibujos de la flaca.
La única condición es que Julia sea inmortalizada como apareció en la película Erin Brockovich, que le significó un Oscar. El hombre jamás se haría una tatuaje de la estrella caracterizada como la prosti de Mujer Bonita, porque lo consideraría rasca.
Otra cosa que el coleccionista de tatuajes no haría ni por todo el oro del mundo es usar sus cachetes del tambembe como lienzo para retratar a la figura de Hollywood.
Cree que sería faltarle el respeto a quien considera la mujer más hermosa del universo. Además, no volvería a sentarse en el baño por la dignidad de Julia.
Lo penca de la historia del increíble compadre es que hace varios meses está sin pega y como no tiene para comer, menos le alcanza para realizarse otro tatuaje.
El hombre responsable de la mayoría de los dibujos contó que siempre le hace rebaja. "Le cobro unos diez mil pesos nomás porque yo, que soy especialista en hacer retratos, cobro como mínimo entre 45 y 70 lucas".
- ¿Que significa Miljenko para ti?
- Él es mi croquis, me deja explayarme en su cuerpo. Él es bien especial, es bien cuático, y yo le hago el favor... siempre paga, no regatea y nunca se ha quejado del dolor.
- ¿Él escoge las imágenes?
- Sí, él trae la foto y esa se hace, pero a veces trae fotos charchas y otras veces no se pueden hacer porque la actriz sale con gesticulaciones raras, y buscamos otra.
- ¿En qué lugares tiene tatuajes?
- De todo el abdomen para arriba.
- ¿Tiene algún tatuaje favorito?
- Hay uno que le gusta tanto que se lo hizo dos veces.
El sueño del viejo Miljenko Ladislao Konstantin Parcerisas Vukovic es conocer a su amada, y para eso compra juegos de azar apenas logra reunir algunas monedas.
La otra chance es que la Julia haya comprado hoy su diario La Cuarta y lo invite para que en la intimidad de su mejora de Los Angeles el porteño se desprenda de su camisa y los 82 retratos se enfrenten al modelo original.
A Miljenko también le gustaría haber tenido una hija para ponerle Julia.
