Parlamentario negó acusación de ex asesor, a quien despidió hace unos meses por tener "prontuario policial".
"Lo despedí porque se me hizo llegar su prontuario policial marcado por imputaciones sobre delitos sexuales, hurtos, robos y violencias contra la mujer, en especial su expareja quien fue amenazada de muerte". Con esas palabras el diputado de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS), Pedro Velásquez, explicó las razones por las que cesó de sus funciones al asesor que hoy lo tiene en la mira de la Cámara de Diputados tras acusarlo de acoso sexual.
Respecto de esa denuncia, el parlamentario aseguró no haber sido notificado, por lo que no cuenta con mayores antecedentes de las acusaciones que le imputan.
El presidente de la Cámara de Diputados, Iván Flores, confirmó la existencia de una indagatoria contra un legislador, pero no entregó mayores detalles respecto de su identidad. "Ya tenemos un fiscal en el caso del parlamentario, y está iniciándose una investigación, que es el procedimiento, es lo que debe hacerse", dijo.
Además, Flores subrayó que "no nos vamos a hacer jamás los lesos por una cuestión que está en la norma, que está en nuestro reglamento, y hay un modus operandi definido que está comenzando a operar".
La denuncia contra el representante del distrito 5 fue hecha a través de la Comisión de Régimen Interno y es llevada adelante por la diputada de Convergencia Social, Gael Yeomans, hace ya algunas semanas en condición de fiscal.
Una vez que escuche a ambas partes, la parlamentaria actuará como relatora ante la comisión de Régimen Interno, instancia que finalmente aplicará o no las sanciones correspondientes en caso de comprobarse el acoso sexual.
"Quiero dar garantías de que este primer procedimiento es un señal para quienes ahora quieren hacer uso este mecanismo de denuncia", dijo la diputada y fiscal del caso.
Polémicas
El diputado tiene un historial de polémicas a su haber. Entre los hechos más recordados figura aquella vez en que trató de "mijita" a la diputada Catalina Pérez (RD) y luego la acusó de no haber tenido la inteligencia suficiente para decirle personalmente que se había molestado.
También fue denunciado a la Comisión de Ética de la Cámara tras asegurar que ponía las "manos al fuego" por el obispo emérito de Coquimbo, Bernardino Piñera, acusado por abuso sexual. Y por si fuera poco, debió dejar su cargo como segundo vicepresidente de la Cámara Baja por una deuda de más de $280 millones con la municipalidad de Coquimbo.
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