La cocinera solitaria que practica sus recetas en las penumbras

02.09.2019. MARGOT GONZALEZ NO VIDENTE DENUNCIA A OFTALMOLOGO QUE LA DEJO CIEGA TRAS OPERACION A SUS OJOS.
02.09.2019. MARGOT GONZALEZ NO VIDENTE DENUNCIA A OFTALMOLOGO QUE LA DEJO CIEGA TRAS OPERACION A SUS OJOS.

"Nana puertas adentro" durante 33 años en casa de la cuñada de Don Francisco, Margot González supo pulir su oficio en la cocina. Una errática operación por un glaucoma la dejó ciega y sin trabajo hace 14 años.

Margot González, de 76 años, mueve y mueve una cocina que compró hace unos días. Pasa que prende el gas, enciende el fósforo y la corriente de aire que se escurre por la puerta le apaga la llama. El problema es que ella no ve lo que está pasando en el quemador. Sólo lo puede oler...

Lo que para muchos pareciera ser una situación solucionable y evidente, para la señora Margot es un drama. Un dilema. De vida y muerte. Ella es ciega. Hace 14 años. Y es sola. Muy sola.

De oficio

Nacida el 30 de julio de 1943 en el ramal de Río Bueno, un caserío cercano al lago Ranco, en la Región de los Ríos, fue criada por una tía tras la separación de sus padres cuando tenía dos años.

A los 19 emigró a Santiago buscando suerte -como tantos otros-, tratando de que alguien reconociera su talento como adelantada aprendiz de comida casera. "Aprendí leyendo recetarios, de los diarios. Probando ingredientes, equivocándome. Aprendí mucho tarbajando con los ricos", dice ella.

En 1981 fue contratada especialmente para hacer manjares gastronómicos en una cocina atípica. Fue así que llegó a la casa de la cuñada de Mario Kreutzberger, trabajando como "nana puertas adentro". Fueron los mejores años de su vida, aunque la separación con su marido fue algo duro, pero necesario: él no trabajaba ningún día del año.

"Yo antes cocinaba verduritas con arroz, pero a los ricos les gusta la carne, el pollo asado, el estofado, nada de verduras. Aprendí mucho", recuerda.

Negligencia en el quirófano

En eso estaba en el 2004 cuando empezó a ver "hormigas" mientras leía una receta. Le diagnosticaron glaucoma.

"Mi vista era excelente, pero vino esto. Me recomendaron operarme con un particular y me dejó sin visión. Él mismo me dijo que me cortó el nervio óptico y que no había nada que hacer. Quedé ciega", cuenta Margot, aclarando que su ex (que le vendió su casa) y la intervención le quitaron todos sus ahorros.

Tras jubiliarse ante la imposibilidad de seguir trabajando, hoy recibe 195 mil pesos de pensión, los que gasta en arriendo (60 mil pesos por un par de piezas en Lo Prado), remedios ($50 mil) y en lo básico para vivir, entiéndase por agua y luz. Y sería.

El silencio

Sola, sin hijos ni familia, Margot ejecuta de memoria sus recetas para hacer trabajar una añosa olla blanca. ¿Qué hará hoy? Estofado.

En una iglesia adventista encontró apoyo y gente que la acompaña cuando es necesario hacer compras, especialmente en la feria. Se convirtió a esa religión, claro. Pero ellos no pueden estar siempre. "Sueño con irme a Linares, ahí hay personas que me quieren apoyar", dice.

Sin embargo, la ceguera total no es su único problema: sufre de jaquecas que la postran en cama. "Me dicen que debe ser a causa de la operación. El dolor me bota hasta por cuatro días. Me hablan de ir a un especialista, pero esos son caros, no se puede. A veces me dan tan fuerte, que creo que me voy a morir".

Su día a día lo tiene asimilado hace rato. Ya ni llora, confiesa, porque "me he acostumbrado a vivir así. Me gusta el silencio... No 'veo' televisión, sólo algo de noticias. Tengo una amiga peruana que a veces me visita. El otro día le hice pizza. Pero ella se regresa a su país. Voy a estar más sola ahora".

La municipalidad de Lo Prado y el diputado Jorge Durán (RN) se han sumado también a apoyar a la anciana con algunas colectas, dinero por mano, regalándole artículos de primera necesidad, compra de utensilios, artefactos, entre ellos la mencionada cocina, la misma que le está fallando por venir mala de fábrica.

El gas, afortunadamente para Margot González, se puede oler...

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