La nueva cara de la basura: El reciclaje

Hace un par de años, la falta de educación y de costumbre respecto a los daños que generaba el desalojo de los desperdicios, en cualquier punto o lugar de la ciudad, incluyendo rutas campestres y vías carreteras, ofrecía un marco de riesgo inminente de contaminación y angustia.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte, todo cambió. Buenas políticas públicas y una gran labor de los recicladores de base, ex cartoneros, y hoy reconocidos como profesionales del reciclaje, le dan otro aire a la ciudad.

¿Se han fijado que cada vez hablamos menos de temas tan transversales como: la preocupación por la basura, las imágenes que la contaminación de plásticos genera en lo océanos y lo tóxico que resultan los vertederos ilegales? Es que vamos avanzando, pero aún falta mucho camino.

Con la nueva Ley de Fomento al Reciclaje y REP en Chile seremos los primero en Latinoamérica en contar con un instrumento regulatorio de alcance nacional para una gestión sustentable de sus Residuos basada en la Responsabilidad Extendida del Productor (REP).

Los recicladores de Chile, protagonistas de este positivo cambio, han puesto su esfuerzo para compartir sus conocimientos en nuevos desafíos legislativos, como la Ley 20920; la cual impone a a los fabricantes e importadores de producto prioritarios como neumáticos, baterías y pilas, entre otros, la obligación de recuperar parte importante de estos productos una vez que terminen su vida útil.

Creo necesario hacer un mínimo reconocimiento a estos hombres que miramos con tanta distancia en un comienzo, y que fueron sobreviviendo en lo personal, y, de paso, dando a Chile un nuevo aire. Los recicladores de base- ex cartoneros, iniciaron la labor del reciclaje sin políticas públicas.

Hoy, lo que comenzó como sobrevivencia para algunos pocos, se transformó en una necesidad de todos. Seamos responsables con los residuos.

Continuemos limpiando la cara del país. Sólo así, podremos ver materializada en plenitud la mágica postal que ofrece una blanca cordillera, con rojos copihues flotando en su inmenso mar azul.

Y más importante que eso, será mirar cómo nuestros hijos agradecerán algún día el aire puro y el cielo limpio que les heredaremos.

Cuida a tu país. Es demasiado lindo para ensuciarlo y contaminarlo. Las mascotas y los animales, también lo saben. No seamos inhumanos.

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