La vida después de la muerte en Facebook

Más de 30 millones de cuentas de personas fallecidas siguen activas. Hay familiares que las dejan abiertas porque así mantienen el recuerdo y otros, en cambio, emprenden un largo camino para darlas de baja.

En febrero, el bus que llevaba a una delegación deportiva infantil a Paraguay volcó, en el lado argentino de la cordillera, cerca de Mendoza. El exceso de velocidad del chofer, le costó la vida a tres niños, entre ellos Jonathan Muñoz Allulef, de 16 años.

La historia de esa tragedia lo podría haber escrito el reportero policial de La Cuarta, Manuel Vega, pero el profesional, reconocido por su pluma, falleció de cáncer el 2011 a los 64 años.

¿Qué tienen en común? Que sus Facebook están abiertos, al igual que las cuentas de las más de 30 millones de personas fallecidas en todo el mundo; pero hay una diferencia, la madre del adolescente sólo quiere cerrar la cuenta, mientras que la familia de Manuel es feliz con su vigencia.

Alejandra Allulef explica que su hijo tenía Facebook y por eso no lo cerró, "pero no lo encuentro tan cercano, porque la gente que realmente lo conocía compartía con él y lo quería, estaban con él en persona, en la casa, en la escuela de fútbol. Ahora, quiero borrarlo, pero tengo que tener la autorización de Facebook, ya mandé la solicitud, pero todavía no me mandan la respuesta".

"Acá en la casa (en Lican Ray) le hicimos un descanso, como se llama una casita bien bonita para recordarlo. Ahí tengo los regalos que le han hecho y eso no lo publico porque es más íntimo, pero la persona que viene a mi casa lo puede ver. Prefiero eso, un espacio súper lindo que no subo a redes sociales", dice.

"La gente de Santiago le manda mensajes por Facebook, pero por mí los borraría, porque hay otras formas de recordarlo", concluye.

El Facebook de Jonathan, como mucho, otros cambió de estado luego de su muerte, está en el modo: "En recuerdo de...", al igual que la cuenta de Matías Vidal Pérez, un niño de 13 años que también murió en el accidente en la cordillera.

Así, las personas recuerdan al Mati: Hermoso, ¿por qué me dueles tanto si no te conocí? Por ser madre... No hay día que no piense en ti, no hay día que no se me llenen los ojos de lágrimas cuando me acuerdo del dolor de tus papitos.

Cementerio virtual

La opinión de la mamá de Jonathan es minoritaria entre quienes son cercanos a un difunto con su Facebbok abierto.

Al caso del periodista Manuel Vega se le suma el de Agustín Arenas, más conocido como Súper Taldo, quien murió en julio. Su amigo Andrés Cid, quien sale junto a él en la foto de su eterno perfil, explica que "es una buena instancia para que la gente que lo quería lo vea y recuerde. Él era una persona pública que se entretenía mucho de su condición y siempre tenía una sonrisa para quien se la pidiera".

Desde México, Lourdes Becerra, quien perdió a su hijo Enrique Arceo el 2014 en un accidente en moto, explica que "su perfil es conmemorativo, al principio era doloroso y con el tiempo es un bálsamo para mí recordarlo viendo sus fotos o lo que escribía. Cada quien vive su duelo de diferente manera".

Y claro, está la familia de Manuel Vega que disfruta de la interacción y cariño que recibe el fallecido periodista. Su hijo, del mismo nombre, explica que "fue una conversación familiar para dejar ese espacio, para que la gente que le tenía cariño o admiración siguiera contando detalles de su historia y siguiera ocupándolo como se hacía antes con los cementerios".

"Nosotros tenemos la clave y de vez en cuando me he sentido tentado de cambiar incluso las fotos o empezar a 'huevear' con el tono que él lo hacía, como en la onda de que volvió de la muerte, pero de momento no lo he hecho", dice.

"Parte de la responsabilidad que uno tiene como familiar es mantener su legado vivo, por eso lo mantenemos abierto. Cuando recién falleció, la gente publicó fotos de él y acepté las etiquetas", cuenta.

"Al ser como un cementerio con recuerdo de imágenes y videos permite tener una memoria más exacta, no es recordar, sino que es revivir porque lo que aparece no es la imagen que tú te recuerdas, es la foto. Y el mensaje no es como lo recuerdas, sino que es la frase como él la escribió", concluyó.

Animita

Daniel Halpern es experto en redes sociales y considera que el Facebook de los muertos es "como una animita, y claro porque lo que se hace es que en nombre del fallecido se establecen ciertos mecanismos para que la persona pueda seguir siendo recordada, yo lo vería como un fenómeno sociológico del tipo animita".

Teresa Zañartu, especialista en acompañamiento en el duelo del Cementerio Santísima Trinidad, considera el fenómeno "como muchas cosas en la vida, depende desde donde lo estoy viviendo. Si me aferro a su Facebook para reemplazar una presencia física que ya no es, puede ser un obstáculo para vivir el duelo. Si lo uso, en cambio, como un espacio para expresar mis sentimientos y compartir estos con otros, puede ser facilitador del duelo".

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