¡Mortal fuga en cárcel de Chillán!

Pasadas las 03.34 horas de ayer, el pánico se apoderó de los reos y gendarmes de la cárcel de Chillán -como en todo el centro sur de Chile- y luego, cuando una muralla circundante cedió ante la fuerza del terremoto grado 8,8 en la escala de Richter, dio paso a la bestialidad.

Al caos que provocó la naturaleza se sumó la avivada de los internos, que provocaron un incendio y se enfrentaron a los vigilantes con lo que tenían a mano para darse a la fuga.

Ni cortos ni perezosos, los carceleros hicieron uso de sus armas de servicio, lo que unido al fuego descontrolado provocó estragos. "En esta situación murieron cuatro internos. Al parecer tres producto de balas de las armas de servicio usadas y uno que habría muerto quemado por el incendio que produjeron los mismos internos", explicó Alejandro Jiménez, director nacional de Gendarmería.

Pese al esfuerzo de los funcionarios, 269 ladrillos alcanzaron la libertad y, siguiendo su tendencia natural, muchos de ellos de inmediato se dedicaron a saquear los locales comerciales del entorno.

La pega de los gendarmes y el apoyo de Carabineros permitieron lacear a 70 evadidos, mientras los 199 restantes alcanzaron refugio en sus caletas.

TRASLADO

Los otros 600 internos que quedaron en la cana fueron trasladados a la cárcel de El Manzano II, nuevo penal concesionado que aún no entraba en operaciones.

Otros problemas en prisiones se vivieron en una unidad de Molina, que quedó destruida en un 80%, lo que causó la muerte de un preso al caerle parte de la estructura encima. "Por eso los internos, cerca de 150, fueron trasladados a Curicó", dijo Jiménez, quien agregó que en el resto de los penales de la zona centro sus del país hubo daños menores.

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