Mujeres que luchan: los testimonios de un 8M memorable

Miles de manifestantes se tomaron las calles de la Región Metropolitana para alzar la voz por la igualdad de derechos. Acá sus relatos y peticiones.

Poco antes del mediodía y con el sol pegando fuerte en toda la Región Metropolitana, familias, activistas, dueñas de casa, estudiantes, niñas, mujeres de la tercera edad y disidencias sexuales, de todas la comunas del Gran Santiago, se dieron cita en la Plaza Italia, también conocida desde el estallido social como "plaza Dignidad".

La intención de cada una era marchar pacíficamente por la Alameda levantando sus pancartas con todo tipo de consignas, propias de una inclusiva, furiosa y viva oleada de féminas que lucha por el respeto y la paridad de género.

A pesar de que no estaban invitados a la manifestación, también se pudo ver a hombres, que por estas vez decidieron participar desde lejos, como observadores de una jornada llena de poder femenino.

Conforme avanzaba la marcha, se podía observar un carnavalesco espectáculo y así oír música por doquier: performances e intervenciones de colectivos, mujeres de torso desnudo, cuerpos pintados, algunas tocando diferentes instrumentos y otras leyendo manifiestos.

La fiesta solo se detenía en los breves minutos en que un vehículo de emergencia cruzaba raudo la marea femenina, que a eso de las 16 horas consideró prudente terminar con el hito más importante en la historia de los 8M en nuestro país.

Eileen Aguirre (30)

Desde Providencia llegó Eileen junto a sus amigas para manifestarse a torso desnudo y sentirse libre -tal como dijo-, con solo unas pegatinas de cristal que decoraban su busto. Sin temor y dejando de lado los prejuicios, esta mujer, dedicada a la asesoría de empresas, dejó el alma en la marcha. "Llegamos como a las doce a la 'Dignidad'. Vengo por el aborto, las condiciones igualitarias, no más maltrato, no más femicidios", señaló.

Gema Cabrera (65)

Gema trabaja en una municipalidad, es mamá, abuela e hincha de la "U". Se trasladó desde Peñalolén y marchó izando la bandera chilena y acompañada de amigas. "Vine porque siento una culpa enorme del país que estamos heredando a nuestros hijos y nietos, por eso tenemos, tenemos que estar acá", señaló, luciendo orgullosa la camiseta del Bulla. "Ahora todos, seamos de la 'U' o del Colo, nos podemos abrazar, agregó.

Nélida Bernand (41)

Cerca de las diez de la mañana y a pesar de todas las dificultades de tránsito, la señora Nélida logró llegar a la masiva convocatoria directo desde la comuna de Pudahuel. "Vine acompañando a mi hija, Constanza, vinimos las dos solas", dijo en medio de la jornada. Una artropatía de Charcot, enfermedad que afecta las articulaciones de sus pies, la dejó en silla de ruedas hace un año. Así y todo, igual se motivó para solidarizar con la causa.

Bernarda Herrera (39)

Con globos verdes llegó Bernanda desde La Granja junto a su marido y con su hija en coche, todo valía para apoyar la igualdad de derechos. "A pesar de que a los 35 años decidí tener a mi hija Javiera, apoyo el aborto porque trabajo en un Cesfam y he visto cómo las mujeres, muchas veces violadas, sufren por un hijo no deseado. El aborto es un derecho, es la mujer la que tiene que decidir por su cuerpo, no el Estado ni la Iglesia", enfatizó.

Nicole Bustos (20)

Con una brillante cabellera rosada, Nicole junto a su amiga y estudiante secundaria, Sofía, se sentó a descansar frente a la tradicional fuente del Barrio Lastarria, en Merced con José Miguel de la Barra. Ambas llegaron desde Lo Espejo para solidarizar también con el movimiento feminista y las disidencias sexuales. "Soy bisexual y siempre me reprimieron en mi entorno, incluso en mi colegio echaron a unas compañeras que eran lesbianas y eso es muy triste", destacó Nicole. "Yo vine por todos los abusos, que nos hayan discriminado en la historia y hasta en los libros que pasan en el colegio", agregó Sofía.

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