Policía volteó a califa que le dio agarrón en el metro

Todavía no sabe si fue la adrenalina o la pura furia. Tras ser víctima de un califa que le tocó el traste en el Metro, lo que la transformó en la "verdadera mujer de acero", tal como suelta Konny González (26), subinspectora de la PDI.

Tan enrabiada estaba que cuando redujo a Sebastián Ponce (25), después que tiró las manos, que ni pensó en que su agresor media cerca de 1.90 y ella apenas 1.65 metros de estatura, contó.

Según la uniformada, que es casada y tiene una guagüita de un año, el dramón ocurrió la mañana del martes cuando tomó el tren subterráneo rumbo a su pega.

"Eran cerca de las 08.30. En la estación San Joaquín se subió un tipo que a pesar de que había espacio se me pegó por atrás", dijo.

Pensó que quizás lo había interpretado mal, pero cuando "ya no hubo dudas de su sobajeo, me di vuelta porque creí que podía tener un bolso. No tenía nada, así que lo miré furiosa", aclaró.

"Cuando llegamos a la estación Carlos Valdovinos hizo un ademán de que se bajaría. Me relajé y fue ahí cuando con su mano hacía atrás y la palma hacia arriba me dio un tremendo agarrón".

Contó que se bajó con él. Lo retó y siguió al piedra de curanto por el andén. "Nadie se metió y cuando trató de zafarse de mí, me identifique como funcionaria de la PDI, me miró espantado", señaló.

Después trató de escapar por la escala, pero la menuda policía lo siguió y lo interceptó casi al salir:

"Lo arrinconé en una esquina. Lo apreté del pecho contra la pared y pedí ayuda a los guardias del Metro, mientras llamaba a mi unidad".

Con los nervios de acero hasta se dio el lujo de registrarlo para adelantar la pega a sus colegas de la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI que venían en camino: "La idea era que quedara detenido", explicó.

No se las llevó pelá

La detective alegó que lo peor de estos sujetos abusivos es que sus víctimas se quedan calladas. "Por eso quedan impunes. Imagina una niña, no se va a atrever a enfrentarlo y eso pucha que es indignante", dijo.

"Sabía que no iba a quedar en prisión al final, porque lo que él hizo no pasa de una falta. Pero no se las llevó pelá y tuvo que pasar la vergüenza de estar esposado y detenido todo el día", remató la fémina.

Tras el control de detención por falta a la moral, Ponce quedó libreta y con prohibición de acercarse a la poli, según informó la Fiscalía Oriente.

COMPARTIR NOTA