¡Se nos cayó el carnet! La cédula de identidad ya tiene 75 años

¿Se preguntó alguna vez cómo fue el primer carnet de identidad que comenzó a circular en nuestro terruñox?x

Lo cierto es que su evolución a lo largo del tiempo ha experimentado cambios que nuestros bisabuelos ni habrían podido imaginar, y hasta la fecha, ya son 75 años desde su funcionamiento oficial.

Partió como una humilde libreta, en 1924, y ahora hasta tiene chantado un microchip y toda clase de mecanismos antifraude para evitar que los malandras quieran pasarse de listos.

Según fuentes del Registro Civil, en sus inicios la llamaban "Libreta de Identidad", e incluía una foto, el nombre, la huella dactilar y el lugar donde vivía la persona.

Era obligatorio llevarla para todos los mayores de 21 años exceptuando a las mujeres, los presos y los monjes enclaustrados.

Sólo en 1930 se empezó a añadir un número de identificación a través del Registro de Numeración Civil, cuya función estaba a cargo de los polis.

Además, estas cédulas eran fabricadas en imprentas independientes y estaban hechas con un material parecido a la cartulina gruesa, por lo que su resistencia era tan charcha que muchos debían cuidarse de que se les fuera a quedar en la ropa al momento de echarla a lavar, pues difícilmente resistía el contacto del agua.

Aunque para el historiador Pedro Godoy Perrín, este cartón otorgaba un "cierto aire de elegancia".

"La gran novedad fue la introducción de un plástico de protección, en 1960", cuenta el historiador.

Así, la cédula no sólo deja atrás su antiguo aspecto, sino que en 1972, adquiere un nuevo grado de importancia con la implementación del RUN (Rol Único Nacional).

"De este modo la información estadística de cada persona natural o jurídica fue procesada electrónicamente a partir de un número de identificación", explican en el Registro Civil.

A partir del año siguiente, la cédula pasó a ser obligatoria para los mayores de 18, y en 1975, todos quienes tuvieran arriba de 12 primaveras debían ir a sacarse el carnet.

Un dato curioso: durante los primeros plebiscitos organizados por Augusto Pinochet, le cortaban la punta a las cédulas.

"Se hacía para que nadie votara dos veces, ya que se habían destruido los antiguos registros electorales", explica Godoy Perrín.

Pero no fue hasta 1983 que las identidades de las cédulas comenzaron a registrarse computacionalmente a través del número RUN.

Finalmente, con la llegada del siglo XXI, lo que antaño fue un sencillo documento marcado con la huella del dedín pasó a transformarse en lo que es hoy: una tarjeta de resistente material de policarbonato, no laminado, y con nada menos que 25 sistemas de seguridad, lo que incluye un moderno microchip electrónico.

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