Susana Giacaman: "Pertenezco a la generación del fracaso de la educación"

Susana Giacaman tiene 34 años recién cumplidos y desde los 18 busca convertirse en una profesional. Sin embargo, el camino para obtener un título universitario le resultó bastante pedregoso.

En el año 2001, rindió la antigua Prueba de Aptitud Académica (PAA) y le fue filete: entró a estudiar sicología a una universidad estatal, pero sus buenas notas no bastaron pa' continuar y debió dejar la carrera por culpa del vil y cochino dinero.

Tiempo después, lo volvió a intentar. Eso sí, en otra carrera: nutrición y dietética, en el instituto Iplacex. Ahí le puso güendy un año. Y le saltó la liebre para cambiarse a la Universidad del Mar, donde le ofrecían un crédito interno para costear el arancel.

En dicha casa de estudios la hizo de taquito al aprobar la malla curricular completa. En el 2012, Susana preparaba su tesis de grado, pero todo se vino al suelo. ¿La razón? En mayo de ese año quedó la sorround en la universidad por sueldos impagos a sus profesores y a las irregularidades en el proceso de acreditación. Finalmente, la U. del Mar cerró y la joven quedó sin su título.

"Estoy ilegalmente egresada. No puedo reubicarme en otro lado porque la Universidad perdió mis papeles. Y el Mineduc no reconoce los documentos que tengo para acreditar mi egreso", se desahogó la chiquilla.

Mala suerte

A raíz del gran dolor de cabeza que le produjo el cierre de su casa de estudios, Susana Giacaman no se rindió y el 2014 ingresó a su tercera carrera: Administración Pública, en la Arcis.

Sin embargo, su periplo duró sólo un año. "Me di cuenta que estaba pasando lo mismo que en la del Mar. Así que no quise seguir gastando más plata", se lamentó.

Y ahora, con el cierre de esa universidad, es tajante a la hora de los análisis. "Las autoridades hicieron con la Arcis algo muy parecido a la U. del Mar. Por inoperancia dejaron pasar harto tiempo y muchos estudiantes se fueron. Y por una mala gestión de fiscalización, están repitiendo lo mismos patrones de reubicación", las cantó.

El drama que Susana tiene con la reubicación, es que al no tener los papeles para convalidar en otra institución de educación superior, la amarran a pagar plata a la Universidad del Mar pa' sacar su profesión, algo que no piensa hacer.

"Es un título sobrevalorado (monetariamente) y desprestigiado. ¿De qué sirve? ¿Pagarles para hacerlos más ricos? ¡No! Tengo varios compañeros que trabajan en call center. Aun cuando hayan hecho un magíster en la Universidad Católica", tiró.

En esa misma situación se encuentran varios cumpas de ella, quienes no han sido reubicados y no pueden terminar en otra parte por estar en Dicom. "Pertenezco a la generación del fracaso de la educación", mandó a decir.

Finalmente, Susana espera poder recuperar su programa que, según dijo, estaba aprobado por el Mineduc, y probar suerte en otra casa de estudios.

No se arrepiente de haber ingresado a la U. del Mar, porque "era lo que tenía para poder pagar y no habían más opciones".

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