El tamaño no importa: Concejales se las ingenian pa' pedir el voto

Entre Alejandro Almendares y Joseph Careaga hay sólo un año de diferencia, porque el concejal de Maipú tiene 32 y el de Chillán 33, pero, eso sí, entre ambos concejales que van a la reelección hay casi un metro de diferencia.

Joseph padece un trastorno genético llamado osteogénesis imperfecta, más conocido como huesos de cristal, que lo dejó en una silla de ruedas y lo llevó a la Teletón. Esa institución se convirtió en su "hogar", lugar donde, además, le enseñaron a "desenvolverte en un mundo hostil".

"Uno se da cuenta que no sirve de nada criticar a la vida, hay que ponerse de pie y avanzar, es lo que a uno le tocó y hoy estoy preocupado de otras cosas", dijo sobre su condición.

Extremos

En tanto, al nacer Alejandro midió 52 centímetros y no paró de crecer hasta el metro 98; calza 46 y el mayor problema que le acarrea su altura es poder encontrar camisas porque no hay para su talla y todas se las debe mandar a hacer.

El pequeño concejal de la ciudad natal de O'Higgins cree que su tamaño no lo ha perjudicado ni beneficiado en política. "Es sólo una característica, pero lo único que debo tener es la capacidad de servicio público. Para mí la silla de ruedas es un detalle, un medio de movilización y como paso en terreno ya he debido cambiarla tres veces en cuatro años", explicó.

Almendares contó que también ha gastado los pies en la calle, pero en su caso reconoció que la altura ha sido una ventaja porque la gente lo identifica con facilidad como el concejal alto. "Las personas me ven porque me distingo, pero me ven sobre todo porque estoy en terreno", dijo.

El eslogan del capitalino es "Juntos por Maipú", porque considera que "el trabajo tiene que ser con la gente, no entre cuatro paredes", mientras que Joseph escogió como frase de campaña "Chillán sobre ruedas", igual que él.

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