Tanque Hurtado: "Valdivia y Beausejour siempre han sido buenos para la fiesta"

Cuando en 1993 llegaba a Colo Colo desde el Sain Gallen de Suiza, el Tanque Hurtado ni se imaginaba la larga carrera que aún le quedaba como futbolista.

Con 47 años, el "Tanque" recién se viene de retirar de las canchas hace seis años, vistiendo en total 22 camisetas distintas durante su largo período futbolero.

En la actualidad, el que fuese uno de los grandes refuerzos de la "Noche Alba" hace 23 años, se desempeña como formador en una escuela de pequeños talentos, a las afueras de Guayaquil, mientras sigue compartiendo su vida y sus mejores momentos con Celina, su mujer.

Además, ya suma tres hijos con su pareja, dos de los cuales están dedicados a lo mismo que el papi, a perseguir la redonda caprichosa, uno en el Deportivo Puerto Quito de la Segunda División de su país (Erick) y el otro en la sub-17 del River Plate de la mitad del mundo (Ian).

El moreno de estatura considerable no para. Cada vez que la "Tri" juega un duelo eliminatorio, su teléfono no para de sonar. Celina, su pareja, contesta y rara vez suspende un compromiso, al contrario de muchas ex estrellas de nuestro país.

Y eso que sus 1,92 lo hicieron ser uno de los más grandes goleadores de la selección de fútbol de la mitad del mundo.

¿Que si se acuerda de Chile? El "Tanque", quien también jugase en la U. de Conce en 2003, sólo tiene agradecimientos y sonrisas para la tierra en forma de ají, pues ahí vivió varios momentos muy entretes de su vida.

¿Cómo llegaste a Colo Colo, Eduardo?

Bueno, la verdad es que yo jugaba en el Saint Gallen de Suiza y sentía que devolverme a Sudamérica podía ser un retroceso en mi carrera. Al ver que Colo Colo había sido campeón de la Copa Libertadores decidí que era una buena idea y como existía un interés real, no se dudó más. Claro que había un problema, mi mujer estaba embarazada de casi nueve meses y teníamos hasta el doctor y el hospital en Suiza para tener a nuestro primer hijo, Erick.

¿Y cómo lo hicieron para poder viajar igual?

Desde Colo Colo se movieron y se consiguieron un certificado para que mi mujer pudiese viajar. Cuando llegamos nos dimos cuenta que no teníamos tiempo para conseguir doctor, así que fue el mismísimo traumatólogo del equipo el que realizó el parto.

¿Entonces, Erick nació en Chile?

Sí, claro. Él es chileno-ecuatoriano y, de hecho, el 2010 estuvo jugando en Santiago Morning en Chile. Lo fuimos a ver y la verdad es que fue hermoso volver a Santiago, porque mucha gente me reconoció y uno piensa que olvidarían a alguien que jugó hace tanto tiempo.

¿Guardas amigos del tiempo de Colo Colo?

La verdad es que el cariño queda con varios. Era un grupo muy bueno. Yo tenía una relación de amistad muy buena con Miguel Ramírez y Hugo Rubio. De hecho, la señora de Miguel fue la que acompañó a mi mujer en momentos del parto.

Por otro lado, estaban los más revoltosos, que eran Javier Margas y el "Coca" Mendoza. Con ellos me reía mucho y me trataban excelente. Hacíamos asados después de entrenar los lunes y nos quedábamos varias horas riendo.

¿Y el hincha del Colo, cómo te trató?

Excelente, nunca mal. No sé por qué, si me costó un poco después de la Copa América de 1993. Mirko Jozic me había dicho que no aceptara la citación de mi selección, pero no podía decir que no. Y después de mi regreso a Santiago, Fernando Vergara y otros jugadores, se habían consolidado, por lo que ahí pasé a ser una alternativa.

Quizás la gente se quedó con los tres goles que hice en la "Noche Alba", no sé, pero siempre me quisieron mucho.

¿Y tu segundo paso por Chile, cómo fue?

Ahí también fue excelente, claro que de otra manera. Yo ya estaba más viejo y tenía más experiencia. Pero el grupo era muy gracioso, muy juvenil.

¿Cómo te llevabas con Valdivia y Beausejour?

Jaja, ellos eran buenos para la fiesta. En realidad, eran muy simpáticos, siempre me reía con ellos. Les tengo un gran aprecio hasta el día de hoy. De hecho, a veces veo los partidos de Chile y me río solo cuando los veo.

¿Tú los infuenciaste para que fueran buenos pa'l carrete?

¿Yo? Ellos ya estaban metidos en eso, jaja. Eran inseparables, la verdad y estaban todo el día haciendo bromas y riéndose.

¿Alguna anécdota con ellos?

Cuando mi señora todavía no llegaba a Concepción ella me llamó y me preguntó qué estaba haciendo yo. Ahí le dije que iba a la capilla y ella pensó "mira qué bueno, le tocó un equipo bastante religioso". Después, una vez en Conce, un compañero de equipo la acompañó en un paseo y le apuntó durante el tour la capilla, que en realidad era un bar que llevaba ese nombre. Luego, salimos y cuando pasamos por ahí me dijo "Ah, así que esta era la capilla". Y yo le dije, "pero, mi amor, vine una sola vez". Pero resulta que desde adentro me empezaron a saludar los garzones y a decir "hola, Panita", jajaja.

¿Algo que extrañes de Chile?

Las empanadas, la gente y, sobre todo, los café con pierna.

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