Bravo no le cierra la puerta al Colo y se ve dirigiendo a la Roja

A corazón abierto con TNT Sports, el golero contó que Pep Guardiola le dijo que tenía dedos para el piano con la pizarra y, por lo mismo, le picó el bicho de ser entrenador.

Quizás porque el próximo 13 de abril tendrá que juntar más aire para soplar nada menos que 38 velas, el Claudio Bravo de hoy enfrenta la vida de una manera distinta. Además de más pausada, en la voz del arquero se notan las palabras calculadas, donde parece que los guantes están por jubilar y está por abrirse otra puerta.

"Me encantaría ser técnico y dirigir a la selección. Necesito mucha preparación y hacer un camino largo y poder estar ahí", cuenta en la entrevista a corazón abierto que le dio a TNT Sport, la cadena que desde ayer tomó el control del CDF.

El Bravo de hoy mira el futuro. Y cuenta que la idea de agarrar la pizarra se la metió en la cabeza nada menos que un tal Guardiola. "Veníamos de una gira a Estados Unidos y Pep me llama a su oficina. Me planteó la opción del día de mañana ser entrenador. Le pregunté, entre risas, si quería retirarme; pero me respondió que no, que había que proyectar cosas para futuro, que veía que tenía potencial para ser un buen entrenador", confesó convencido.

Aunque para verlo dando órdenes, falta un poco. Y el capitán sin jineta de la Roja no esquivó que en sus últimos cartuchos bajo los tres tubos siempre estará el Colo, club del que sigue siendo hinchas, aunque algunos ya no crean tan así

"Yo siempre he mantenido abierta la opción de volver. Siempre lo he dicho y yo me considero muy profesional en lo que hago. Si me toca estar en Colo Colo, feliz de volver y echar una mano", le mandó un palo a Aníbal Mosa, por si se le abre un cupo en Primera. Y es que el hijo pródigo de Viluco, al igual que el toqui de ByN, cree que el Albo se mantendrá en la "A". "No me imagino a Colo Colo en la B, porque nunca lo he visto en esta situación", profetizó.

Pena. Pero el Cacique no es lo único que le preocupa al actual meta del Betis, pues que hoy por hoy la Roja no tenga una cabeza visible por es más que una piedra en el zapato ahora que se viene marzo y se retomarán las Clasificatorias a Catar.

Eso sí, no le cargó el muerto a Reinaldo Rueda por haberlos dejado tirados. "Hay que estar en la piel del entrenador. Muchas veces estamos en el papel del jugador pero no al otro lado. Lo mismo pasa con la parte dirigencial. En Sudamérica es muy complejo y demanda mucho", respaldó al cafetero.

Y es que Bravo, como cualquiera, también ha tenido que poner cuero de chancho cuando por dentro estaba muerto en dolor. Tanto es así que, por primera vez, desclasificó un episodio que lo tuvo cerca dela lona el 2016.

Antes de partir a la Copa Bicentenario de Gringolandia, el "Capitán América" estuvo muy cerca de tirar la toalla. "Tuvimos el tema médico de mi hija Ema, que nos duró por cerca de un año. Por la preocupación me había lesionado el gemelo (...) Me acuerdo haber hablado con Juan (Pizzi) y plantearle la opción de no viajar a Estados Unidos por el problema que teníamos en casa. Me dijo que lo pensara (...) Tomé la decisión en Chile, llamé a Pizzi tres días antes de viajar y le confirme: 'Voy'. Llevaba más de un mes lesionado y sin entrenar, físicamente un desastre y la cabeza en casa", recordó.

El fin de la historia usted ya lo conoce. Chile dio la vuelta olímpica en Nueva York y con Bravo como figura en los penales. "Debe ser el único momento en mi vida que lloré en una cancha", desclasificó unas lágrimas inéditas para el final.

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