El backstage del PSG: los detalles de un vestuario roto por la guerra de egos

Los desencuentros entre sus arqueros, Donnamurra y Navas, una posible salida de Mbappé, el revuelo mediático que causó la separación de Mauro Icardi y los privilegios que gozan unos pocos, entre ellos Neymar y Messi, son algunos de los problemas que convirtieron al cuadro parisino en una bomba de tiempo.

Hace unos meses Paris Saint-Germain concretaba el que tal vez sea el mejor mercado de fichajes de los últimos años, y luego de confirmar las llegadas de Lionel Messi, Sergio Ramos y Gianluigi Donnarumma, entre otras estrellas, construyó un equipo galáctico, de PlayStation, prácticamente obligado a ganarlo todo. Ahora que se acerca el cierre de la primera mitad de la temporada, si uno se ciñe estrictamente a los resultados, podría pensarse que sí, que la misión se está cumpliendo: aun sin brillar —esa es otra historia— los parisinos lograron el pase a octavos de final de la Champions League y en Francia le sacan trece puntos de ventaja a su inmediato perseguidor, el Marsella de Jorge Sampaoli. Pero aparentemente el momento deportivo del PSG no es más que una fachada que oculta una serie de tensiones y divisiones puertas adentro.

De eso habla el artículo que presentó en las últimas horas el reconocido portal L’Equipe, donde revelan una serie de episodios que van desde la guerra de egos que enfrenta a los arqueros, o el escándalo mediático que protagonizó Mauro Icardi, a los privilegios que cuenta apenas un par de miembros del plantel y que, como es de esperar, generan fricciones a diario.

El primero de los problemas guarda relación con la cerrada disputa para adueñarse de la portería: la llegada de Gianluigi Donnarumma, se sabe, puso en aprietos a Mauricio Pochettino, técnico de los parisinos. Porque el italiano de 22 años, clave en la obtención de la Eurocopa, llegó confiado en asentarse como el “1″ indiscutible, pero se encontró con las grandes actuaciones del costarricense Keylor Navas. Pochettino, de hecho, ha tenido que recurrir a la rotación, para brindarles minutos a ambos y no agrandar la polémica.

“No sé si esta situación se ha convertido en un problema, pero todos saben cómo va a terminar esta historia. Todo se decidirá a favor de Gianluigi”, dijo al respecto hace un tiempo, sin intenciones de ayudar, el controvertido empresario italiano Mino Raiola, representante de Donnarumma.

Como sea, el conflicto entre metas es apenas la punta del iceberg. Más importante es la tensión que existe entre los dos bandos que se generaron al interior del plantel: la de los franceses y los sudamericanos —más algún allegado—, situación que, advierten desde el portal, podría ser el elemento decidor para que Kylian Mbappé tome finalmente la decisión de abandonar la escuadra a coste cero y recalar la próxima ventana de fichajes en el Real Madrid.

En ese apartado, el principal apuntado es Neymar. El brasileño, que ahora se ve obligado a compartir el rol de estrella junto a Lio Messi, incluso estuvo a punto de ser sancionado por las autoridades del club hace algunos meses, detalla L’Equipe. Esto, según consignan, porque el delantero los plantó en un acto con uno de sus más importantes patrocinadores.

Pero salió ileso, como tantas otras veces que las cámaras lo captaron de fiesta. Un privilegio que, además de Neymar, se pueden dar tan sólo unos pocos. Ahora mismo, por ejemplo, Lionel Messi. El portal subraya que, tras la obtención de su séptimo Balón de Oro, el astro argentino reservó un restaurante para celebrar el premio, y que a la mañana siguiente se ausentó del entrenamiento acusando un cuadro de gastroenteritis. Lo mismo hizo su compañero, también argentino, Leandro Paredes. Esa clase de situaciones abrió un flanco en la relación con el resto.

Tal vez la guinda de la torta haya sido el Wanda-gate. Por entonces, recuerdan, Mauro Icardi solicitó tres días libres al club para solucionar los problemas con su mujer y representante. Días que aprovechó incluso para viajar a Milán, situación que molestó a varios de los integrantes en la interna.

En concreto, sugieren en L’Equipe, más allá de los resultados obtenidos en el semestre, la bomba estuvo y está a punto de estallar. Una de las maneras para frenarla es continuar por la senda del triunfo en ambas competencias. Ese es el desafío que se plantearon los nuevos galácticos del fútbol mundial, que de todos modos no lo tendrán nada fácil, ya que en febrero medirán fuerzas en octavos de Champions frente a otro gigante del Viejo Continente: el Real Madrid.

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