Herrera despidió a su viejita en medio de lágrimas y banderas azules

En su amado Angol, Gladys Muñoz ayer fue sepultada apenas horas después de su muerte a la espera que el ISP emita el informe definitivo por coronavirus.

Una rápida y triste despedida. Así fue la jornada para el portero Johnny Herrera, quien la noche del martes sufrió la pérdida de su madre, Gladys Muñoz Pacheco, quien permanecía hospitalizada desde el sábado en una clínica de Temuco.

Una insuficiencia respiratoria aguda grave, neumonía multifocal, SARS-CoV-2 -coronavirus- (ver recuadro), fue la causa de muerte de la señora de 79 años en el certificado de defunción, aunque hasta el cierre de esta edición el ISP aún no entregaba la ratificación definitiva.

El arquero llevó la procesión y el sufrimiento por dentro, sobre todo porque tuvo que cumplir con una despida rápida, como dicta el protocolo de los funerales cuando se presume que el deceso se debió al coronavirus.

Todo debía ser rápido y casi sin espacio para las lágrimas. El cuerpo de Gladys, que no pudo recibir un velatorio, fue trasladado en una carroza blanca hasta Angol, donde ella siempre dijo que quería descansar hasta la eternidad.

Al pasar por su casa, el cortejo recibió la sorpresa de una docena de hinchas de la Universidad de Chile, que con banderas y cantos hicieron más emotivo el homenaje. Fue ese cariño lo que quebró por primera vez al ex capitán del Bulla.

El protocolo debía seguir. En el cementerio Municipal también todo fue veloz. Hombres con trajes de protección bajaron el ataúd, mientras que los pocos familiares que pudieron estar presentes se abrazaban y lloraban detrás de mascarillas que tapaban sus caras.

"Agradecer a todos. Mi mamá quiso venir para acá (Angol), quería que la sepultáramos y obviamente la trajimos. Feliz por el reconocimiento de la gente de acá. Gracias por acompañarme, de verdad", comentó Herrera a Canal 13, donde reiteró el agradecimiento por la compañía que tuvo en medio del dolor.

La adoración

La relación de Johnny y su madre siempre fue muy cercana. El portero era el menor de tres hermanos (todos de distintos padres): Marlon (falleció en 1991), Julio y Johnny, el más apegado. Ella atendía un bar en el cual vivía y donde cerraban de madrugada. Aseguran que la personalidad del portero la sacó haciéndose fuerte ayudando a su mamita, porque de chiquito le tocó ser el hombre de la casa.

"Su mamá es lo que más le importa. No lo habla, pero entiende todo lo que hizo ella para que él pudiese salir adelante. Puede no parecer tan sano que pasen tanto tiempo juntos, pero es una relación muy linda, muy cómplice", contó Gonzalo Villarroel, amigo del portero, en un reportaje de la revista El Sábado en 2011.

Eso no es todo, porque en la publicación recuerdan que "con el primer sueldo, Johnny Herrera llevó a su mamá al centro de Angol y le compró la tele más grande que encontraron. Era la primera tele a color que ella conoció", además que siempre y hasta bien grande prefería llevarla a Santiago.

"Tampoco entienden que, con 30 años, elija vivir con su mamá gran parte del año en un departamento en Las Condes. Los dos solos; se acompañan, pasan el día, ella viendo teleseries, él partidos de fútbol. Los que lo conocen no se sorprenden. La familia es su adoración: al hermano le compró un taxi colectivo para que lo trabajara y le regaló el bar que solía administrar su mamá. Se aseguró que ella no volviera a trabajar nunca más".

Su historia como fundadora del "Guacolda": "Era cariñosa, futbolera y de carácter fuerte como Johnny"

Con toda una vida ligada al fútbol, la historia de la señora Gladys Muñoz en Angol siempre tuvo páginas dignas de recordar tras aterrizar en el barrio Guacolda, a fines de los años 60.

La "Tía Gladys", como era conocida cariñosamente por su gente, fue socia fundadora del Club Deportivo Guacolda, en 1973, y de ahí en más no se alejó de su pasión futbolera que la llevó a vibrar desde el peloteo de barrio, hasta las grandes hazañas de su hijo Johnny Herrera en la "U".

Por lo mismo, Luis Venegas, también socio fundador del club y cercano a la madre del "Samurái", cuenta la historia de Muñoz en el día de su adiós. "Llegó a Angol, abrió su restaurant de toda la vida (El Deportista) y no se movió más de acá. Todos veíamos los partidos en su local".

"La gente le decía la 'Tía', era una persona muy cariñosa, futbolera, pero de carácter bien fuerte, igual que el Johnny. Le gustaban las cosas derechas, era muy esforzada y sacrificada, responsable a la hora de luchar, jugó un campeonato regional una vez y como era apasionada fue la primera en encabezar la pelea", relata Venegas, a La Cuarta.

¿Su relación con el ex meta del Bulla? Tal como cuenta su yunta en Angol, Johnny era el regalón y desde chico estuvo apañándola en el local, y cuando inició su carrera en la "U" la tapó en regalos para que la tía Gladys descansara de la pega.

"Él le tenía prometido un obsequio cuando triunfara en el fútbol. Cuando fue campeón de la Sudamericana con la "U", le regaló un auto 0 km. Él es confrontacional tal vez, pero junto a su madre son muy queridos en la zona", cerró.

Columna de José Miguel Bernucci (Secretario Nac. Colmed): "SARS-CoV-2 y COVID-19"

Básicamente, SARS-CoV 2 y el COVID-19 son lo mismo. COVID es el nombre del virus y el SARS-CoV-2 es el cuadro clínico producido por él.

En este caso, los adultos mayores a nivel mundial han demostrado ser más vulnerables, ya que están más predispuestos a complicaciones propias de la enfermedad como neumonía, agravamiento y conexión a ventilador mecánico, y muerte. Por lo tanto, obviamente son un grupo de riesgo de mayor cuidado en esta pandemia.

La prevención está dada por acciones individuales como lavado de manos, con jabón de 20 segundos con agua corriendo y el uso de alcohol gel por sobre un 60% de concentración.

Los elementos de protección para este virus son también por aseo de superficie, ventilación adecuada de la casa y sobre todo cumplir cuarentenas. Además, confinamientos preventivos o en caso de enfermedad, no acercarse a contagiados.

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