¿El "Last dance" de Johnny?: el arquero más polémico del fútbol chileno ensaya su adiós

El jugador más particular y anticolocolino del medio, que también es el que acumula más títulos en la historia de la "U" y probablemente el único guardameta a la altura de Claudio Bravo en la última década, está cerca del retiro. No lo convencen las ofertas que le acercaron distintos clubes, de Primera División y de la B, porque, cree, aún está para competir. Hoy, parece estar más cerca de la pantalla chica. Acá repasamos su controvertida historia.

Si miramos diez años atrás, hacia el final de marzo de 2011, con el 25 en la espalda —porque desde la ANFP no le permitieron jugar otra temporada con el 7— había completado apenas nueve partidos desde que regresó a su casa.

Tras un año y medio de sequía, números incompatibles con el plan que se había trazado la concesionaria, Universidad de Chile le apuntaba a ese Torneo de Apertura. El equipo había conseguido cinco victorias y cuajar algunos pasajes de buen fútbol, aunque aún con un manto de dudas sobre si realmente podrían coronarse a mitad de año.

Los últimos dos torneos los azules los habían dedicado a desarmar planteles de la liga local y armar el propio: para 2011, la "U" ya había desembolsado varios millones entre el 10 de Iquique, un lateral de Wanderers y una joven promesa de Cobreloa. Rescató de Argentina a uno de los motores de la actual selección, le sacó el mejor zaguero del 2010 a Universidad Católica y apostó por el 9 de Unión Española.

El nuevo DT, que le ganó el mano a mano a Diego Simeone, sí, al mismísimo "Cholo", convenció a la cúpula directiva de traerle otro 10 argentino y a su jugador fetiche, entonces en O'Higgins. Pero faltaba una pieza para completar el puzzle. Lo notaron todos en los amistosos previos: faltaba él.

Johnny Herrera, dos años antes, el domingo 20 de diciembre de 2009, atravesó el peor momento de su carrera y de su vida: a la vuelta de una reunión social, atropelló a Macarena Cassasus. Atropelló, en este caso, es un eufemismo. El informe posterior dictaminó que hubo culpas compartidas. Gladys Muñoz, madre del arquero, le dijo a Rodrigo Fluxá —en un reportaje a finales de 2011 que consiguió el Premio de Periodismo de Excelencia de la UAH— que "nunca lo había visto tan mal, ni para la muerte de su hermano. Le revivió muchas heridas antiguas… ver que sin querer había destrozado una familia".

Audax Italiano, su equipo entonces, le ofreció tomarse un tiempo, el que estimara necesario. Volvió a las dos semanas. Lo ayudó su particular personalidad, cultivada desde que era chico en Angol, la misma que lo llevó a pelear, antes, con quien se le cruzara: Superman Vargas en la "U", Jorge Valdivia en un superclásico, Nelson Acosta en Everton. La misma, también, que le permitió seguir jugando mientras miles de hinchas, durante años, entonaron "Herrera, conchetumadre, asesino, aprende a manejar".

[caption id="attachment_489469" align="alignnone" width="900"]

Johnny Herrera, en 2013, previo a conocer el fallo del Tercer Tribunal Oral.[/caption]

La vuelta fue larga pero, en una operación relámpago, inesperada, Johnny Herrera selló su regreso a la Universidad de Chile en 2011, a siete años de su partida. En él, Jorge Sampaoli encontró la pieza que le faltaba para construir al equipo que un par de meses más tarde logró la épica de revertir una serie imposible ante la Universidad Católica, que otros seis meses más tarde logró el bicampeonato y la Copa Sudamericana, y que otros seis más tarde logró un tricampeonato inédito para la institución. En 2011, además, Johnny fue incluido en el once ideal de América.

Después de la era Sampaoli, el guardameta sumó otros seis títulos a la cabeza de los azules. En 2014, Federico Valdés, primer presidente de Azul Azul, llegó a decir que "sin Johnny Herrera jamás hubiésemos sido campeones" y lo describió como "un tremendo jugador que te gana partidos".

Un poco antes, recién pudo volver a formar parte de la selección chilena, después de varios años al margen, entre otras cosas, por su personaje. "Borghi se sacó los bistecs de los ojos y por eso llamó jugadores de la 'U'", desafió alguna vez al exentrenador nacional. Por supuesto, el argentino nunca lo citó, ni siquiera cuando por rendimiento lo merecía.

https://www.youtube.com/watch?v=dK8_ihEl3OQ

Ese personaje, polémico, deslenguado, siempre en contra de Colo-Colo, que hacía de cada entrevista un espectáculo, le generó también otro tipo de problemas.

Patricio Toledo, uno de sus entrenadores en Audax, decía de Johnny en el perfil de Fluxá que "antes de conocerlo, no me parecía su forma de ser". Felipe Fuenzalida, psicólogo de la "U", lo definió como un tipo "muy crítico con el resto de sus pares" y "un poco narciso: está seguro de que nadie está a su nivel".

Óscar Meneses, en cambio, sostuvo que había un "tema de inmadurez", de "no medir las consecuencias de lo que dice". Luego agregó: "Es uno de los tres mejores arqueros de los últimos 20 años, pero hay una cosa de ego, de vanidad, que le cuesta controlar".

[caption id="attachment_180723" align="alignnone" width="700"]

Johnny, o Samurai Azul, como le gusta que lo llamen.[/caption]

En 2018, durante un superclásico en el Estadio Monumental, justo detrás del arco que defendió la primera etapa, los hinchas albos le tenían preparado, a modo de sorpresa, un lienzo donde un indio cortaba su cabeza.

Esto dijo en The Clinic ese mismo año: "Es que tiene que ver con la forma de vivir el fútbol (...); con colocolinos he tenido varias experiencias pero una cosa es gritar por la espalda y otra frente a frente (...); no es por creerme algo, pero cuando me han desafiado, les he dicho: 'ya compadre, si erís tan choro, salgamos y vamos a pelear a la esquina donde no nos vea nadie', y lo he hecho un par de veces".

Empezamos mirando diez años atrás. Una década que recorrió al Herrera odiado, amado, atípico, héroe, fanfarrón, siempre polémico. El contraste es brutal. Johnny dejó su casa, la Universidad de Chile, en medio de una crisis deportiva e institucional: el cuadro azul, en 2019, no peleó el torneo sino el descenso y el arquero se la pasó enfrascado en disputas con varios de los directores de Azul Azul. Cuestionó la llegada de algunos refuerzos, el manejo del gerente deportivo, e incluso a los jugadores más chicos, a quienes no los veía "con hambre". Una lesión en la espalda lo fue mermando. Su nivel tampoco era el mismo. De hecho, en algún pasaje del campeonato, cedió su lugar a Fernando De Paul. Un spoiler.

Cuando dejó el club, siguió disparando. "Me hicieron un favor al decirme que me fuera", dijo. De su último técnico en los azules, Hernán Caputto, opinó que era un "tonto útil". Firmó en Everton, otro club donde fue feliz —campeón el 2008 impidiendo el tetracampeonato de Colo-Colo— pero su aventura fue breve. "Grupo Pachuca decidió darle tiraje a algún arquero de su cantera... Gracias", se despidió Herrera en sus redes sociales, en febrero, tras atajar una sola temporada en Viña. Días después, según teorizó en una entrevista, le pasó la cuenta "ser tan de la 'U'".

https://www.youtube.com/watch?v=AJ7KeJ6OrL4

Hoy, a poco más de un mes para cumplir 40 años, ve de cerca el retiro. El torneo comenzó, se disputó la primera fecha, y Johnny aún no encuentra club. Ofertas tiene, de la división de honor y desde la B, pero no lo convencen.

"Tengo propuestas de un par de equipos pero hasta el momento la que más me gusta es la de TNT", reconoció a El Deportivo de La Tercera ayer martes.

No es la primera vez que lo buscan desde la pantalla chica. Hace no mucho fue panelista en el extinto CDF de "Pasaporte Qatar", donde compartió con Claudio Borghi y Claudio Palma.

Con el tiempo en contra, considerando que los clubes pueden sumar refuerzos solo hasta la cuarta fecha, el último ídolo de Universidad de Chile se fijó un plazo:

"Esta semana defino mi futuro", se prometió en la conversación con LT.

Temas Relacionados

COMPARTIR NOTA