Yerko Puchento y el nuevo "Vértigo": "nada me detendrá"

"Me frustré porque todo iba bien. Leonardo estaba muerto de la risa, y la gente también, pero ya está. Es sabido que necesito el artefacto para que el personaje funcione bien", explicó a La Cuarta, Daniel Alcaíno, quien presta el cuerpo al polémico copuchentero.

- Igual estuvo bueno el mambo, ¿o no?

- El ambiente era extraordinario, eso sí, ojalá lo hubiese disfrutado en modo carrete. Yo fui en calidad de artista, así que no tuve mucho roce que digamos. Llegué a actuar, y bueno ocurrió eso...

- ¿Te amurró la situación?

- Claro, es una mezcla entre tristeza y frustración. Con Jorge (López) teníamos un libreto muy bueno y especial. Estoy frustrado porque fue un tema ajeno a nosotros.

- ¿Qué onda era el libreto?

- Era una rutina basada en los invitados a la fiesta. Los habíamos observado para saber bien qué decir. Sólo hice 10 minutos de los 25 que estaban programados. Esperé una hora, volví a subir, no se solucionó y no seguimos, ya estaban sirviendo desayuno, jajajá.

-¿Qué te dijo Farkas?

- Él tiene una excelente disposición, es una gran persona y la solución no pasaba por él ni por mí. Lamentablemente, el equipo técnico a cargo no estuvo a la altura.

-¿Pensaste en lanzarte solo?

-Para qué estamos con cosas, todos saben que así no funciona Yerko, y que de esa forma, no hubiese salido bien. No es sólo el libreto, hay otras indicaciones.

- Se viene "Vértigo", ¿alguna víctima vista para el desquite?

- Yerko se alimenta de la contingencia más que de personajes, veremos quiénes surgen con eso. La noticia es lo que mueve a Yerko.

- ¿Seguirás molestando a Diana y a Martín?

- La participación y la rutina de Yerko en el programa se basa en gran parte en la confianza que hay con ellos. Diana jamás me ha dicho algo porque hablo del miembro de su esposo

-¿Te están tirando la correa ya en el canal?

-Jamás. Cada año hay menos problemas para que Yerko hable lo que quiera. Antes, había que negociar hasta pa decir "poto", menos mal ya no. Esta temporada, nada me detendrá, perdón, digo a Yerko.

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