Apenas se inició el desconfinamiento en algunas comunas de Santiago, los centros de estética abrieron sus locales para "ayudar", principalmente, a las mujeres. Los expertos Sebastián Ferrer y Mario Mezza hablan de los servicios SOS.
Pelones, un rubio inversamente proporcional al de Martín Cárcamo, chasquillas voluminosas, raíces más largas que las filas para pedir el 10 por ciento de la AFP y canas casi tan grises como el alma del que le vendió la mascarilla a Christian Pino, son los efectos del bicho en las cabezas de los chilenos.
Tomando en cuenta que eran hartas las mujeres que se hacían los retoques necesarios en peluquerías, y los hombre en las barberías, se convirtió en todo un "drama dramático" el cierre de estos locales producto de la cuarentena por la emergencia sanitaria. Sin embargo, cuando se soltaron las amarras en algunas comunas, el pique a los centros estéticos se convirtió en prioridad.
Frente a esto, La Cuarta habló con un histórico del estilo y las fibras de queratina, rostro habitual en los matinales: Sebastián Ferrer. Sí, ese que desde que Felipito estaba al aire daba consejos fashion. Aseguró que la cosa ha estado complicada para el rubro y que ahora, con la luz verde, abrirán poco a poco.
"Yo creo que, indudablemente, lo primero que las mujeres pedirán es resolver el tema de las canas. Es que con tantos meses de confinamiento, es obvio que se han asomado. Tiene que ver con la autoestima también", indicó Ferrer.
Según el blondo, que está con una peluquería abierta en Las Condes, ya ha recibido muchas llamadas pidiendo ayuda. "Se ratifica lo de las canas, también las raíces. Incluso, muchas de nuestras clientas tienen trabajos en los que hacen videoconferencias y, por lo mismo, hasta se, conectan con la luz baja para que no se note tanto".
Por fin
El que también respondió al llamado de la tintura fue Mario Mezza, quien abrió su local en Ñuñoa. "Me cuenta mi hija que, con la cortina a la mitad, fueron decenas de personas las que se acercaron a ver si se podían hacer algo. Ahora estamos tomando las medidas para poder atender como se debe", indicó.
Además, coincide con su colega por la urgencia de las clientas, y sabe que va a tener que meter más mano que nunca por las "embarradas" que algunas se mandaron: "Acá hicimos cursos para que, con los productos que se venden en el mercado, ellas pudieran arreglarse en sus casas, pero hay que decir que son varias las que no calcularon bien el tiempo o no se lo aplicaron de buena forma".
- A ver, explíquese... Hay que ver qué pasó con los colores que van del rubio para abajo, me refiero a los más oscuros, y que se dejaron la grande en el pelo. O las que no supieron cortarse una parte y quedaron para la historia. Yo creo que esas serán tareas para tratar de ayudarlas.
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