La conductora de Only Fama se sinceró sobre algunos aspectos de trabajar en farándula.
Fran García-Huidobro se sinceró sobre anécdotas y algunos sinsabores del oficio farandulero, y cómo este género periodístico repercute en su vida privada, incluso cuando ha tenido encuentros potencialmente amorosos, o simplemente médicos.
En entrevista para Más que titulares con la periodista Javiera Quiroga, “La Dama de Hierro” contó que “me ha tocado salir, me han tocado citas, que salgo y bla bla bla...”; eso sí, antes hizo una aclaración: “Por supuesto la cita a ciegas es sólo para mí, no para la contraparte, que tiene un montón de imágenes mías: rubia, morena, en bikini, llorando, riéndome, etcétera”, dando a entender que es públicamente conocida, no así los galanes en cuestión.
Según relató la actriz, al principio los varones en cuestión suelen hacerse los desinteresados con su oficio: “No me interesa”, luego ya no: “Hasta que obviamente la persona considera que tu trabajo es tan raro, particular y ‘alucinante’, que al final la conversación termina siendo: cómo es la tele”, aseguró.
Es decir, los temas de conversaciones en esos encuentros, según García-Huidobro son: “¿Existen o no los tongos? ¿Es verdad que la fulanita está llena de bótox?..“.
Médicos y farándula
Lo mismo le ha pasado en el aspecto médico, cuando pidió hora con un oculista “muy famoso” años atrás. El especialista le hizo las revisiones de rigor para determinar si tenía algún problema de visión y en “seis minutos, por reloj”, le diagnosticó astigmatismo.
Sin embargo, tras cartón, el médico le metió conversa sobre Marlen Olivari, quien por aquel entonces estaba en el ojo farandulero, además de contarle algunas de sus anécdotas con personajes famosillos.
“Salí de la consulta, 25 minutos, y la secretaria me dijo: ‘son $80 mil’, y yo le dije: ‘no, son $150 mil, porque en seis minutos él me diagnosticó astigmatismo y los otros 25 yo le hablé de farándula, ¡y eso es lo que yo cobro por hablar de farándula 25 minutos!’“.
La exconductora de Primer plano aseguró, “cruz pal cielo”, que la anécdota era real: “La secretaria llamó, no sabiendo si yo estaba hueveando, y le dijo al oculista: ‘la señora dice que no va a pagar porque...’, y yo escuché como una risotada del otro lado (del teléfono) y luego un ‘que se vaya’; así que no pagué el oculista”.
Contada la historia, envió un recado a “los médicos en general: si voy a hacerme una eco abdominal y usted se queda veinte minutos conversando conmigo, después no le voy a pagar la eco, ¡usted me debe plata a mí“, cerró.