Raquel Argandoña se luce en el escenario que la destinen

Raquel llegó hasta la comuna del sector sur de la capital. Lo primero que hizo fue aceptar el abrazo de un niño. A los pocos minutos fue ella quien le entregó a la mujer su nueva casa gracias a la colaboración de personas anónimas que se motivaron con la historia de esfuerzo de Edith. Brotaron las lágrimas. Nadie en el panel pudo contener la emoción que transmitía el móvil desde Puente Alto.

Raquel Argandoña es como esas futbolistas que juegan en el mediocampo y tienen funciones tanto ofensivas como defensivas. En el balompié llevan el número 8 en la camiseta y ejemplos de grandes valores en la posición hay muchos: Frank Lampard, Marco Tardelli, Marcel Desailly, Sócrates, Gerson e Iniesta, por nombrar algunos.

En "Bienvenidos" como buenos estrategas, al igual que en el deporte de competición, supieron dar con las capacidades de la rubia comunicadora. Poco a poco la alejaron de la confrontación y la farándula para dar paso a una nueva imagen de exQuintrala. Hoy aparece como cercana, humana, empática y un tanto rebelde a la vez.

Esta semana pudimos ver un ejemplo de la Raquel 2.0. Todo comenzó con la historia de Edith, una vecina del sector Bajos de Mena de Puente Alto. La esforzada mujer conmovió al panel al señalar que no tenía dinero para comprar elementos para prevenir el contagio por Coronavirus. "Las lucas no alcanza para estar comprando mascarillas o guantes, porque no saco nada comprando mascarillas si a mi hijo no le voy a tener pan o almuerzo", declaró la mujer en esa oportunidad.

Motivada por la situación, Raquel llegó hasta la comuna del sector sur de la capital. Lo primero que hizo fue aceptar el abrazo de un niño. A los pocos minutos fue ella quien le entregó a la mujer su nueva casa gracias a la colaboración de personas anónimas que se motivaron con la historia de esfuerzo de Edith. Brotaron las lágrimas. Nadie en el panel pudo contener la emoción que transmitía el móvil desde Puente Alto con una historia humana como muchas, pero que esta vez tenía un desenlace feliz.

Hace rato que Raquel dejó atrás el papel de "La Quintrala". En el pasado quedó la desfiante figura que gozaba con las pifias de la Quinta Vergara enfundada en un sexy vestido de lentejuelas plateado. Sepultado en un baúl quedó su época en que se paseaba de la mano de Oscar Peña en los glamorosos veranos de Viña del Mar; bajo tierra yace la alcaldesa de Pelarco que recorría los campos con cartera Lois Vuitton sobre tacones Louboutin. La Raquel de hoy es de jeans y chaqueta rosa. Deportiva y cercana. Amable y solidaria.

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