La solidaridad destruye todos los virus con don Francisco

Una vez más los chilenos se pusieron la mano en el bolsillo y se alcanzó el objetivo de la Teletón. La perseverancia del mítico animador sacó adelante el evento solidario. Acá le contamos su fórmula de éxito.

Bajo el lema "nuestra meta es la vida" y en el contexto de una pandemia que nos tiene a todos con el corazón en la mano, una vez más la Teletón se transformó en un respiro de esperanza para todos los chilenos.

Si bien este año no había meta específica que alcanzar y los aportes eran requeridos solo a las personas que tienen el bolsillo seguro, la cifra alcanzada es suficiente para darle continuidad a la recuperación de 32 mil niños y jóvenes que han hecho de los institutos repartidos por Chile su lugar de esperanza para una vida más plena.

El éxito de una nueva jornada solidaria tuvo un responsable: Mario Kreutzberger. El histórico animador de la Teletón fue uno de los pocos que le tuvo confianza a la realización del evento desde el primer día. Sin embargo, su pega no fue fácil. Debió convocar cientos de voluntades, convencer a varios indecisos y lanzarse como cabeza de un programa que, técnicamente, parecía imposible.

La estrategia de Kreutzberger incluyó numerosas apariciones en los matinales durante las últimas dos semanas, incluso cuando se pensaba que el evento debía postergarse por la delicada situación económica que vive nuestro país. Mientras convencía a rostros de televisión, que en más de una oportunidad le dijeron que lo mejor era correr el evento para fin de año, don Francisco y el equipo de la Teletón sostenía reuniones con auspiciadores y bancos para echar a andar la edición más compleja de la jornada solidaria.

"Hemos demostrado muchas veces que los chilenos somos solidarios y lo repetimos un año tras otro. En esta oportunidad cientos de personas han estado con nosotros. Incluso aquellos que no han podido donar y aquellos que no estuvieron de acuerdo con que hiciéramos la Teletón, pero igual nos han acompañado, nos han entregado afecto", habló el animador, visiblemente emocionado durante la madrugada de ayer.

Cabalero. Perfeccionista. Comunicador y emocional. Como nunca, Don Francisco mostró frente a los chilenos su faceta más sensible. La de un hombre mayor, que a ratos parecía sin fuerzas, que humedecía sus ojos con cada historia de superación y que trató de esconder su frustración cada vez que se presentaba un desperfecto técnico. Sin embargo, sacó la tarea adelante. Esta vez no hubo cierre a estadio lleno, ni grandes estrellas, pero la solidaridad chilena demostró estar más fuerte que nunca.

"A pesar de las dificultades, porque no ha sido fácil, ustedes han seguido aportando. Esta instancia es una instancia que no todos los países tienen, todos los que viven en este país nos permiten sentir a los comunicadores que somos un puro corazón. Estamos todos en las mismas condiciones, estamos asustados, pero la solidaridad unida nuestra jamás falló", sentenció Don Francis.

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