Tierno retrato hablado de perrita permitió encontrarla

Donka llegó a la casa de Valerie Navia cuando la mujer tenía 11 años y se convirtió en una integrante más de la familia que vive en el paradero 8 de Pajaritos, en Maipú.

Con el tiempo se integraron a la parentela compuesta por la mamá, el papá y una hermana, la perra Pantera, el perro Oso, y las gatas Alma y Luna. 

De todos modos la Cocker Spaniel siguió siendo la más regalona, y a pesar que ahora tiene 14 años, sigue tan revoltosa como en sus años mozos.

El drama comenzó el sábado 22 de agosto a las tres de la tarde cuando la matrona de 24 años, que trabaja en el hospital El Carmen, fue a comprar a una feria distante a una cuadra de su casa en compañía de la perra.

Donka siempre iba por su cuenta, al rato se aburría y se devolvía sola, pero esa vez fue diferente porque Valerie regresó a casa y se dio cuenta que la mascota no estaba.

La familia del animal se puso en campaña para recuperarla y de inmediato la profesional de la salud se matriculó en sitios de internet de mascotas perdidas, en donde un gran grupo de personas se puso en alerta para dar con la desaparecida.

"Hace poco le habíamos cortado el pelo y teníamos fotos de Donka con el pelo largo, además en otras imágenes no salía bien porque la estábamos abrazando, no se veía de cuerpo entero, y otras estaban en un disco", dijo Valerie para explicar lo que hizo a continuación.

30 retratos

"Yo estaba llorando y con mi mamá y mi hermana nos pusimos a hacer letreros de distintos tipos. Hicimos como 90 de papel de oficio y como se nos acabaron, y soy ecológica, fui a la calle a recoger cartones, que son grandes, y empecé a dibujar con plumón a una perra parecida para que la gente se hiciera una idea de sus orejitas y de la nariz, pero reconozco que dibujo mejor que eso", contó en alusión a las figuras caninas que motivaron algunas burlas.

La matrona hizo alrededor de 30 retratos en cartones que puso en todos lados, hasta instaló uno en su carro de la feria para que sus vecinos lo vieran cuando iba a comprar.

"Además hicimos tarjetas chicas como de presentación que imprimí en la casa y las repartimos en cuatro cuadras alrededor", recordó.

"El miércoles 26 la había buscado todo el día por Pudahuel y Vespucio, yo estaba frustrada, me puse a llorar y mientras hacía más carteles pasó el camión del gas. Ya habíamos repartido volantes en veterinarias, panaderías, afuera del Metro, y mi mamá le pasó al caballero del gas para que pegara un letrero en su vehículo", dijo.

Esa noche Valerie salió a pegar más carteles y le llegó un mensaje por Guasap de una señora que había encontrado un perro Cocker el mismo día en que Donka se perdió. La mujer le mandó fotos del animal, la matrona la reconoció y partió a buscarla.

Resulta que la perra se había instalado en un sillón que iban a retapizar que la familia que la encontró había dejado fuera de su casa, distante a 11 cuadras de la vivienda de los amos del animal. En la noche dormía ahí y durante el día iba a echar la talla a una plaza cercana. Era tan jovial para su edad que incluso pensaron esterilizarla, a pesar que la menopausia la había pillado hace rato.

El reencuentro fue más emotivo que los que hacía Don Francisco y ahora la misión de la matrona es sacar la recachá de tiernos carteles que pegó por todo Maipú.

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