Adriana y Juan Carlos, pareja en el amor y el trabajo

Ambos son maestros de la construcción y, como reconoce ella, "llegamos juntos, trabajamos todo el día juntos, almorzamos juntos y nos vamos juntos".

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Una muestra más de cómo la "construcción" nos da señales de inclusión real, sin competencias a las mujeres chilenas.

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Adriana Rudolf recuerda perfectamente el día que le cambió la vida. Tras realizar distintos y mal pagados trabajos, el 16 de junio del 2017 comenzó a laborar en la empresa que le abrió las puertas a una nueva realidad, pero también al gran amor de su vida.

"Cuando llegué a la empresa éramos 10 mujeres nomás pero eso ha cambiado y ahora somos más de 30, casi 40 mujeres", relata, y precisa con orgullo que "hoy se nos ve haciendo muchos trabajos en el área de la construcción, desde pintoras hasta manejando la retroexcavadora".

Adriana rememora que comenzó haciendo aseo, "pero al estar ahí me dieron ganas de aprender y así fui metiéndome en otros trabajos. Hoy soy selladora y también me dedico a pegar cornisas".

¿Y el amor?

La maestra de la construcción recuerda que conoció a su marido Juan Carlos apenas entró a trabajar, "y nos gustamos altiro, pero él se demoró harto en hablarme. Y eso que yo me las arreglaba para ir a las casas en que él estaba trabajando".

Pero cuando se encendieron las llamas de amor todo fue muy intenso y rápido: "Él era casado y yo era casada, pero nos separamos de nuestras parejas y empezamos a vivir juntos. Fue muy fuerte", reconoce.

"Llegamos juntos, trabajamos todo el día juntos, almorzamos juntos y nos vamos juntos. Si a él le toca pasar a otra etapa siempre se va a despedir de mí con un beso y me viene a saludar cuando vuelve", responde cuando se le pregunta si se topa con su pareja en el trabajo durante el día.

También precisa que "llevamos juntos 3 años y en la pega somos compañeros de trabajo, donde cada uno hace lo que le corresponde. No hemos tenido ningún problema con algún jefe o que quieran que trabajemos separados".

Y en vísperas de San Valentín, Adriana admite que "para ese día Juan Carlos siempre me regala flores y salimos a comer. Él es súper romántico".

El rubro de la construcción los unió y la fuerza del amor y el trabajo los sigue consolidando. Adriana y Juan Carlos pasaron un día más enamorados y llenaron de romanticismo cada labor realizada juntos. Así ninguna obra puede salir mal, ¿cierto?

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