Pasó de la cocina a la gasfitería y no se arrepiente: "Manejo mi propio tiempo y tengo independencia"

Bárbara Mena es oriunda de San Bernardo y luego de pasar por varios trabajos, encontró en el mundo de la construcción su verdadera pasión y la seguridad laboral que necesitaba. RedMaestra le abrió las puertas y ahora va por más.

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No fue fácil el camino hacia la gasfitería para Bárbara Mena (37). Hasta antes de su capacitación, pasó años buscando su anhelada independencia y una solvencia económica que le permitiera mantener a su única hija y no depender de nadie.

Comenzó estudiando cocina, pero con el tiempo no le gustó el ritmo de vida. Las jornadas eran extensas y muchas veces agobiantes. Fue mamá soltera, dueña de casa e incluso vendió cosas en la feria para intentar ganar más dinero.

Sus trabajos no eran estables y eso le impedía poder lograr mayor tranquilidad laboral. Hasta que llegó a INFOCAP por recomendación de una amiga. Sin saber nada de construcción, se lanzó sin dudarlo y hoy no se arrepiente.

"Entre a estudiar el 2019 y ahora soy gásfiter certificada por la SEC. La gasfitería es otro mundo. Después de hacer la capacitación me di cuenta que tenía muchas habilidades en el trabajo", afirma desde San Bernardo, comuna donde vive.

"El trabajo fue lo que más me gustó. Tienes un mejor horario, se puede hacer un buen sueldo, e incluso puedes hacer hasta dos trabajos en un mismo día. Tienes mayor independencia y te queda más tiempo para ver a tu familia, cuidar a tus hijos y hacer las cosas en la casa", complementa.

Clientas mujeres

Según cuenta Bárbara, una vez que entró al mundo laboral se hizo una clientela en su mayoría de mujeres. Afirma que les da más confianza tener a alguien de su mismo género para abrirle las puertas de su casa para realizar los trabajos.

"Tuve una buena acogida y fue el boca a boca el que me abrió las puertas del trabajo. Generalmente voy a casa de mujeres, ya sea las que viven solas, que tienen hijos o jubiladas. Ellas quedaron fascinadas con mi trabajo, se sienten más en confianza y muchas veces una termina tomando once con ellas o te invitan a almorzar", afirma.

Bajo su exitosa experiencia, esta maestra de la gasfitería se dio tiempo para aconsejar a otras mujeres que aún dudan de dar ese salto a la construcción, ya sea por inseguridades o temores.

"Las mujeres deben atreverse, es super necesario tener conocimientos y lograr esa independencia en estos tipos de trabajos. Es primordial que tengamos cada vez más espacio en la construcción", menciona.

"A veces una no tiene confianza en sí misma, pero cuando estás en el lugar te das cuenta que sí puedes. Me enorgullece y me siento feliz cuando termino de hacer una pega, porque no solo siento que trabajo, sino también ayudo a muchas personas y eso es satisfactorio", finaliza.

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