Desde el mediodía del lunes a la madrugada del martes, se han registrado una serie de ataques, la mayoría protagonizados por sujetos en moto.
Días de terror se han vivido en Rosario, Argentina, donde vive casi un millón de personas.
Luego de siete homicidios la semana pasada, durante el lunes y martes se han registrado cinco nuevos tiroteos, dejando a seis personas heridas en total, según consignó Infobae.
Pasado el mediodía del lunes, se registró el primero de estos ataques, en la intersección de las calles Servando Bayo y Riobamba, del barrio Cinco Esquinas.
En este, fueron sorprendidos un joven de 27 años y una mujer de 35, quienes debieron enfrentarse a los disparos de dos sujetos que estaban en una moto. Tras más de una docena de tiros, los desconocidos huyeron del lugar.
Una de las víctimas, Lucas G., recibió ocho disparos en el tórax, los brazos y las piernas; mientras que su acompañante, Rosa N., quedó con dos heridas en la pierna.
A solo cinco cuadras de distancia, sucedió otra balacera.
Una mujer denunció que, mientras estaba en casa con sus nietos, escuchó el ruido de una moto, seguido de varios estruendos. Por lo que se lanzó al piso con los menores. Cuando el escándalo pasó, descubrió que varias balas habían impactado en la casa.
Con su denuncia, resultaron detenidos dos sujetos —uno de ellos de solo 22 años— quienes fueron localizado en una vivienda en la que habían armas y municiones.
Motos, balas y fachadas
Más tarde, el tercera ataque sucedió en el barrio Empalme Graneros, en que cuatro jóvenes de 21, 22, 23 y 25 años fueron atacados alrededor de las 18.30.
Los atacantes eran cuatro sujetos que se desplazaban en motos.
Tres de los jóvenes recibieron impactos de bala en extremidades, y uno de ellos en la espalda; por lo que debieron ser internados en un hospital de la ciudad. Uno de los heridos tenía antecedentes por tenencia de municiones de armas de fuego.
Ya entre la noche y la madrugada del martes, un hombre de 56 años denunció que a las 23:30, mientras dormía, escuchó disparos y el estallido un vidrio; tras ello, se encontró con varios agujeros en la fachada de su hogar.
Por último, ya a las 2 de la mañana, al norte de la ciudad, una mujer de 50 años avisó que mientras dormía escuchó el pasó de la moto acompañado de varios disparos.
Luego, en el primer piso de su hogar, donde funciona un quiosco, había 12 vainas de bala repartidas por el suelo.
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