Ejecutado: las últimas palabras de un asesino en serie que mató a seis homosexuales en 1994

Desde que el Tribunal Supremo reintrodujo la pena de muerte en 1976, han sido ejecutados 1.503 presos en Estados Unidos.

El estado de Florida (EEUU) ejecutó este jueves a Gary Ray Bowles, un asesino en serie de homosexuales varones que en el transcurso de ocho meses consiguió matar a seis. Esto ocurrió en el año 1994.

A Bowles, de 57 años, recibió una inyección letal en la Prisión Estatal de Florida luego de que la Corte Suprema de Estados Unidos desestimara una apelación de última hora presentada por su defensa.

Sin embargo, antes de morir pidió perdón por los "sufrimientos que causó" y sus últimas palabras fueron las siguientes:

«Nunca quise que mi vida se pareciera a esto. Uno no se levanta un día y decide que se va a convertir en un asesino en serie»

El Departamento de Correcciones de Florida informó que en el que ha sido su último día con vida, Bowles no recibió ninguna visita y que su última comida consistió en tres hamburguesas con queso, patatas fritas y tocino.

Complicada captura

Bowles fue condenado a muerte por el asesinato en noviembre de 1994 en Jacksonville Beach (Florida) de Walter Hinton, el último de sus seis crímenes cometidos a lo largo de tres estados de la autopista interestatal 95.

Apodado por las autoridades como "el asesino de la I-95", Bowles mantuvo un común denominador: ahogaba a sus víctimas -hombres con los que se iba a vivir- con diferentes objetos, entre ellos trapos, rollos de papel higiénico, tierra y hasta un juguete sexual.

Las autoridades tenían identificado a Bowles desde el primer asesinato, cometido en marzo de 1994, en vista de que dejó un documento en la escena del crimen y fue visto por una cámara de vigilancia tratando de extraer de un cajero dinero de la cuenta de Roberts.

Su captura, sin embargo, resultó más complicada, lo que dio tiempo al ejecutado de perpetrar los otros cinco asesinatos. Antes del espiral criminal de 1994, Bowles fue condenado a ocho años de cárcel por golpear y violar a su novia en 1982.

Bowles reconoció una vez detenido que logró sobrevivir manteniendo relaciones sexuales con hombres a cambio de dinero. La de Bowles ha sido la segunda ejecución del año en Florida y la número trece en todo el país.

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