Las 12 metidas de pata más vergonzosas del Príncipe Felipe

Con 99 años, el fallecido duque y esposo de la reina Isabel II despertaba odios y afectos con la misma intensidad. Su legado dejará en el recuerdo varias salidas de libreto que recordamos.

Con 99 años, murió el príncipe Felipe, duque de Edimburgo y esposo de la la reina Isabel II. Algunos lo odiaban y otros lo adoraban.

Unos lo recordarán como el compañero y consejero de Isabel II. En cambio, otros no olvidarán sus aventuras extramatrimoniales y su pasado, el cual algunos vinculan con el nazismo.

La izquierda de su país lo veía como un racista total que los avergonzaba. Mientras en la derecha lo catalogaban como un librepensador, un díscolo alejado de la corrección política.

Como sea, sus recurrentes metidas de pata dan una idea de por qué el duque de Edimburgo generaba sensaciones tan dispares. De hecho, sus bochornos han dado hasta para un libro: Prince Philip: wise words and golden gaffes (2012).

Estas son doce frases del difundo príncipe (algunas de ellas para olvidar).

12

—Qué lugar más espantoso —le contestó a un miembro del Parlamento cuando este le informó de que representaba a  Stoke-on-Trent, ciudad norteña de Inglaterra.

11

—¿La van a meter en el horno? —preguntó durante una recepción a una señora de 90 y tantos años en silla de ruedas. La mujer se protegía del frío con un material parecido al aluminio.

10

En 2009, en una conversación con Barack Obama, el presidente de Estados Unidos le contó que se había entrevistado con el entonces primer ministro Gordon Brown, el político David Cameron y el ruso Dmitri Medvédev.

Ante eso, a Felipe solo se le ocurrió comentar:

—¿Es que puede distinguir a unos de otros?

9

Ya jubilado, cerca de la casa de la familia real en el norte de Norfolk, en la víspera de Año Nuevo, el duque vio a un hombre alto con una larga barba e hizo el comentario a sus escoltas según un testigo anónimo citado por el Daily Mail y The Sun, quienes aseguran que la persona en cuestión encontró la broma bastante desagradable. "El hombre estaba con su esposa y su hijo", informó un testigo de la escena.

Felipe estaba saludando a distintas personas, cuando de repente vio a un hombre en cuestión. Y preguntó:

—¿Es eso un terrorista?

8

En 1967, cuando se le preguntó si le gustaría visitar la Unión Soviética, respondió:

—Me gustaría ir a Rusia mucho, aunque los cabrones asesinaron a la mitad de mi familia.

7

En 1969, mientras hablaba de que se había estrechado la situación financiera de la familia real británica, declaró:

—Vamos a entrar en números rojos el año que viene. Probablemente tendré que renunciar al polo.

6

Durante una visita en Londres, le dijo a una joven rubia con un vestido de cierre frontal:

—Me arrestarían si bajara esa cremallera.

5

En 1981, durante la recesión a causa de la crisis del petróleo, su reflexionó fue esta:

—Todo el mundo estaba diciendo que debemos tener más tiempo libre. Ahora se quejan de que están en el paro.

4

En una fiesta organizada en Londres por la oficina de la Commonwealth (la mancomunidad de excolonias y protectorados del Reino Unido), el príncipe de Edimburgo le habló a un sonriente invitado negro y le preguntó:

—¿De qué exótico lugar del mundo procede usted?

"Soy de Birmingham (ciudad del centro de Inglaterra)", le respondió este, que era lord Taylor de Warwick.

3

En una visita al Hospital Dunstable, ubicado en el norte de Londres, saludó al personal médico y cuando se encontró frente a una enfermera filipina le comentó:

—Filipinas debe estar medio vacío porque están todos aquí trabajando.

2

En medio una recepción al papa Benedicto XVI en Escocia, y tras observar que el líder laborista escocés llevaba una corbata de cuadros muy al estilo de su país, Felipe de Edimburgo preguntó a la escocesa Annabel Goldie:

—¿Tú también llevas bragas hechas de eso?

1

Durante un viaje a Kenia en 1984 al aceptar una estatuilla de manos de una mujer, preguntó: "Eres una mujer ¿no?".

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