Cada vez más mujeres pagan por servicios sexuales y acá explican por qué

Aunque el negocio de la prostitución se asocia a los servicios ofrecidos a hombres, en los últimos años han aumentado de forma potencial las mujeres que pagan por sexo.

Así lo reveló un reportaje realizado por BBC Mundo, entrevistando a varias mujeres que actualmente llevan a cabo sus fantasías e insatisfacciones sexuales con scorts masculinos.

"Quería un hombre que supiera lo que hace. La verdad, hay cada vez más mujeres que buscan estos servicios profesionales porque consideran que muchos de sus coetáneos son malos en la cama", contó Charlotte, una británica de 42 años, quien explicó que prefirió pagar algo seguro a acostarse con hombres que conocía carreteando.

"Muchas veces hay malentendidos. Yo no quería esa presión. Alquilar los servicios de un escort es una transacción limpia, clara, en la que todas las partes saben lo que van a obtener", explicó.

Tendencia en ascenso

"Es un hábito más extendido de lo que se cree. El sexo remunerado supone una situación de poder. Un atributo que tradicionalmente detentó el varón. Pero ahora la mujer también paga. Y se permite disfrutar", dice el psiquiatra y sexólogo Adrián Sapetti.

Y pese a que no existen aún estudios globales que pongan cifras a esta tendencia, numerosos informes sobre afirman que hay mujeres que buscan compañeros sexuales a cambio de dinero o regalos.

Además, durante el 2012, se contabilizaron 5.246 anuncios de escorts masculinos para mujeres y este año el triple, 15.732.

Las mujeres que suelen pagar por estos servicios rondan entre los 30 y 55 años. Son en su mayoría casadas, con buenos puestos, exitosas en su trabajo e hijos crecidos.

Profesionales

Uno de estos scorts es Cristian, un joven de 30 años que ofrece sus servicios sexuales en Barcelona y cuenta que la mayoría de las clientas que los  contactan es través de agencias en internet.

"Si una chica te contrata, no quiere relaciones sexuales normales. Aunque siempre puedas marcar tus límites, tienes que renunciar a tu placer. Es un servicio, un trabajo. Tienes que conseguir que le guste (a la clienta) y que quiera repetir. Es un mundo frío", explica.

Otro joven, Iván, de 24 años, explica que acuden a él "porque en casa no las hacen sentirse bien".

"Muchas veces sus esposos son viejos y aburridos, y les falta cariño. Y nosotros estamos en forma, somos divertidos y las escuchamos", afirma.

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