Rescatistas chilenos pillaron signos de vida en Líbano

Los populares "Topos" escucharon ruidos de respiración y latidos en escombros tras la megaexplosión ocurrida en Beirut el 4 de agosto pasado.

A 1 mes exacto de la megaexplosión que sacudió Beirut, Líbano, y que dejó muerte y destrucción a varios kilómetros a la redonda del puerto principal, el grupo de rescatistas chilenos "Topos", halló signos de vida entre los escombros de un edificio, y que significarían la existencia de una posible persona atrapada.

Así lo confirmó el rescatista Francisco Lermanda, en una entrevista a CNN Mundo, donde mientras buscaban en el lugar, un perro rastreador detectó una presencia, por lo que decidieron "hacer túneles para poder penetrar la estructura, llegar al punto y poder descartar o confirmar la presencia de un cuerpo o una persona viva en el interior".

Fue a través de imágenes térmicas que pudieron confirmar la presencia de dos cuerpos bajo el edificio derrumbado, y que se trataría de un niño y un adulto. Con mecanismos de ultrasonido pudieron precisar que los ruidos correspondería a una respiración de 18 veces por minuto, por lo que maquinaria pesada trabaja en el lugar.

Confirmar o descartar en Líbano

Cabe recordar que dicha explosión ocurrió en el puerto de Beirut, donde un incendio consumió un barco que almacenaba 3 mil toneladas de nitrato de amonio, el que al entrar en contacto con el fuego provocó una explosión que se registró a varios kilómetros de distancia, destruyendo edificios y dejando una saldo de 180 muertos y más de 6 mil fallecidos.

En tanto los presuntos cuerpos hallados por Lermanda, que llegó junto a los "Topos" luego de la explosión para ayudar en las tareas de rescate, se encontrarían a 2,4 metros de profundidad y a 1,8 metros desde el costado más cercano, por lo que ya comenzaron a cavar tres túneles, para una mayor eficiencia.

"No significa que haya alguien vivo o muerto en el interior; son pistas que nos dicen que hay que llegar a ese punto y descartar o confirmar. Si tenemos la posibilidad de una persona viva no podemos meter máquinas, presionar, golpear o nada que pueda arriesgar la vida. Es un trabajo lento, meticuloso y muy técnico", agregó Lermanda.

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