Tendencias

Hideo Kojima reveló cómo la pandemia cambió la historia de Death Stranding 2

El aclamado creador japonés replanteó el corazón temático de su saga tras la pandemia. Si en Death Stranding la conexión humana era salvación, en el segundo juego la cuestionará con una nueva historia cargada de simbolismo, dudas y humanidad.

La conexión humana fue el eje central de Death Stranding, el aclamado videojuego de Hideo Kojima que proponía unir a una sociedad fragmentada a través de una red futurista.

Aquel juego partía de una premisa: en vez de atacar (el palo), el jugador debía conectar (la cuerda). Esa cuerda simbolizaba la empatía, el trabajo colaborativo y la idea de reconstruir un mundo roto. Y en sus final, el gesto definitivo era un abrazo: una conexión física y emocional que salvaba el mundo.

Toda la estructura del juego, su red quiral, sus misiones y su jugabilidad asincrónica, estaba diseñada para reforzar esa filosofía de unión. Sin embargo, la pandemia, que llegó justo un par de meses después del lanzamiento del videojuego, cambió la forma en que entendemos esa conexión. Y eso transformó el corazón narrativo de su secuela para su director.

“Sentí que nos dirigíamos hacia un camino terrible”, confesó el propio Kojima en una entrevista a Vandal. En ese sentido, el aislamiento global y la dependencia del internet replantearon su visión.

Ante ello, Kojima explicó que reescribió el guion de Death Stranding 2: On the Beach tras la pandemia. Y por eso la pregunta clave: "¿Deberíamos haber conectado?“, es parte de la campaña promocional. Más aún, el propio logo del juego anticipa su narrativa sobre las cosas que penden de la hiperconexión, ya que las cuerdas ahora emergen desde arriba y no desde abajo.

En palabras del creador del videojuego, “cuando realmente comienzas a pensar sobre qué significa conectar, te empiezas a hacer preguntas”.

Por eso en la secuela veremos personajes como Dollman y soldados conectados por cuerdas, pistas visuales de un mundo donde la conexión puede ser también opresiva o peligrosa.

En ese sentido, Kojima insinúa que sus dudas sobre el metaverso, el aislamiento virtual y la deshumanización tecnológica se canalizarán en los personajes y la historia.

En un escenario de videojuegos dominado por el combate y la competencia, Death Stranding propuso construir puentes. Su secuela, sin embargo, cuestionará si esos puentes nos han llevado al lugar correcto. Y en ese dilema, Kojima vuelve a poner el foco donde más le interesa: en lo humano.

No menos se puede esperar de la secuela de un primer juego que fue, sin duda, una obra maestra y, al mismo tiempo, un juego que sí puede ser considerado como una obra de arte.

Más sobre:VideojuegosDeath Stranding: On the Beach

Lo último

Cotiza y compara todas las marcas y modelosPublica tu auto acá