Hay algo eternamente atractivo en los videojuegos de plataformas que exigen precisión milimétrica y ejecución perfecta. No se trata solo de títulos diseñados exclusivamente para el desafío extremo, como Celeste o Super Meat Boy, sino que forman parte de una tradición que también vive en clásicos masivos como la saga Super Mario, con sus mundos secretos pensados para los más habilidosos, o Donkey Kong Country 2, cuyo infame nivel de los animales y la parte del loro aún despierta sudores fríos.

Dicha búsqueda por el control absoluto, por superar el diseño con astucia y reflejos, sigue siendo uno de los motores más puros del medio.

Shotgun Cop Man se instala con fuerza en esa tradición de precisión quirúrgica y dificultad infernal, ya que la nueva apuesta de DeadToast Entertainment —el estudio unipersonal detrás de My Friend Pedro— toma esa misma lógica de “morir, reintentar y repetir” para trasladarla a un escenario tan delirante como literal: el infierno.

En este juego, no vamos a rescatar princesas ni salvar el mundo. La misión es simple y absurda en la mejor forma posible: arrestar al mismísimo diablo que continuamente nos manda a jodernos. Y para cumplir esa misión, encarnamos a un policía armado con una escopeta en un descenso caótico por los círculos del infierno, en una travesía acompañada con una vibra satírica que siempre deja en claro que no hay espacio para fallar.

El núcleo del juego es sencillo: apuntar, disparar y moverse con extrema precisión. Pero la ejecución es otra historia. Cada nivel es un pequeño infierno de trampas, enemigos y plataformas, donde un error significa empezar de nuevo. Y ahí está el corazón de Shotgun Cop Man: en el frenesí. Saltamos propulsados por los retrocesos de nuestras armas, nos impulsamos en el aire, evitamos trampas mortales y esquivamos disparos enemigos mientras intentamos llegar a la meta, idealmente sin fallar ni una vez.

Esta mecánica de salto-disparo, que transforma el retroceso de la escopeta en impulso de movimiento, es una de las ideas más frescas del juego. Desde el primer nivel —que funciona como un tutorial para nada encubierto— el diseño ya anticipa lo que viene: precisión y caos absoluto, todo al servicio del control y la creatividad del jugador.

En ese sentido, que Shotgun Cop Man llegue bajo el sello de Devolver Digital no sorprende. La editora ya es sinónimo de juegos que abrazan una idea y la exprimen hasta la última gota. Este juego no es la excepción: DeadToast toma una premisa sencilla y la desarrolla con una enorme variedad de mecánicas que jamás se sienten repetitivas. Cada nivel introduce una vuelta de tuerca, desde suelos reactivos que cambian al dispararles hasta puzzles que te obligan a dominar tu arma.

No hacerlo significa el purgatorio, ya que si no logramos recuperar nuestra salud, que se escapa y puede quedar estancada de forma inaccesible, debemos comenzar el nivel desde el comienzo, en un escenario en donde el juego también mide nuestro desempeño por matar a todos los enemigos, cumplir con el tiempo ideal y no recibir daño (o lograr las tres cosas en una sola pasada).

En todo lo anterior, y abrazando la simpleza de su presentación, Shotgun Cop Man es un delirio perfectamente calibrado, desenvolviéndose como un juego que exige precisión, pensamiento rápido y una tolerancia altísima a la frustración, pues morir y fallar en la misión de atrapar al cola de flecha serán una constante.

Lo mejor de todo es que el diseño de niveles y la variedad de ideas elevan a este juego para que pueda reclamar sin problemas su espacio en la acción de plataformas de alta dificultad, confirmando que a veces no se necesita más que una escopeta, una misión ridícula y un infierno lleno de buenas ideas para destacar.

Shotgun Cop Man ya está disponible en Nintendo Switch y PC.