Abuelita ganosa de 80 años busca moreno en despedida de soltera de su nieta

Hace cuarenta primaveras que no veo el cuerpo de un hombre desnudo. Imagínese cómo estoy.

Doctor Cariño:

¿Será muy terrible ir a una despedida de soltera a mis 80 años? Se lo pregunto porque, pese a mi edad, hace cuarenta primaveras que no veo el cuerpo de un hombre desnudo. Imagínese cómo estoy. La pasión se mantiene intacta aunque las fuerzas no son las mismas de ayer. Y por eso quiero concurrir a ver el espectáculo, porque mi nieta me invitó y porque espero sorprenderme con un negrito, esos mismos que están de moda.

Mi hija me dice que estoy loca, que no me van a dejar entrar y que haré el ridículo. Pero yo tengo las intenciones de disfrutar del show calladita y sin tocar nada. No entiendo por qué mi hija me prohíbe esto y por eso dígame qué hacer. ¿Voy o no voy?

Malú

Malucita:

A su edad está claro que no tiene que andar pidiéndole permiso a nadie para ir a un lugar. La experiencia la acompaña hace varias décadas, así que chao con las sugerencias de su hija y parta con su nieta a la despedida de soltera. Ojo, eso sí, con desmayarse si ve algo muy grande, mire que los morenos que se pasean por la Plaza de Armas o Estación Central a veces les pica el bichito y les da por bailar.

Una amiga me contó que casi le dio un paro cardiaco cuando tocaron el tema romántico en el club de niñas. Ahí se sacó todo y dejó la tendalada. Afírmese bien a una mesa, siéntese bien segura en el local, póngase un algodón o migas de pan en las orejas para evitar los gritos y arréglese bien por si le salta la liebre en esta aventura inolvidable que de milagro le sucedió después de 40 años. Suerte.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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