Se aburre con amor fomeque y casi sin buscarlo le sale un andaluz ideal para el invierno

Doctor Cariño:

Mi hombre, si puedo llamarlo así, es entretenido, chef, sabe de vinos, culto, alto, de barba, usa pitillos, es medio europeo... catalán. Pero me entibia poquito. Hace poco invitó a unos colegas suyos al depa, uno tipo vikingo y otro con carita de chilena, pero luego supe que era andaluz. En fin, este último era pura risa, talla, casi local y me flechó. En medio del barullo tuvimos un acercamiento, pero sólo fue de manitos y besos. Hace poco se vino al depa y en plan malvado, le dije que se fuera, pero también me puse malula y pasó lo que pasó en varios sitios de la casa. En fin, aquí estoy, agarrada del chicuelo andaluz y con una ganas de sacarme al catalán, que es buena persona, pero ya ni lo toco. ¿Sigo con él o me viro?

Maripi

Doña:

De partida me llama la atención ese vínculo que tiene con los peninsulares, pero no es mi tema. El que sí es asunto mío es su corazón y el consejo es uno solo: dele filo al joven de la barbita y los pantalones pitillos. Uno no puede estar con alguien que ni lo entibia, más ahora que el invierno está abusando de todos por acá. Así es que una vez que se extirpe al chef, vaya por su andaluz bueno para el chiste, el vino y capaz que hasta toque guitarra para completar el cuadro. Lo que no puede hacer es tener una relación paralela, eso es ser desleal, tome aire y llame a conversar al ahora cornudo y dígale que no le hace tilín y que va por otro amor. Las cuentas claras en el amor conservan la amistad.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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