Le cambié el nombre en plena conferencia

"La señorita se detuvo en el acto y miró hacia arriba con ojos de furia. La entiendo y asumo mi error"

Doctor Cariño:

Nunca pensé que le escribiría Doctor, pero como vi que volvió luego de unas merecidas vacaciones, me animé a contar mi historia. Resulta que luego de terminar con mi polola de toda la vida, quise descubrir el placer de no tener que darle explicaciones a nadie.

Desempolvé mis roñosos trajes de galán y fui con todo a conquistar a esas amiguitas que uno siempre tiene bajo la manga… y me resultó. El problema doc, es que cometí el peor de los errores mientras incursionaba en las artes amatorias con una de ellas.

Días antes, lo había pasado de lujo con Karina. Ojos pardos, pómulos levantados y unas curvas que ya se quisieran las de la tele. Espectacular ella y lo que hacía con sus labios.

De goloso nomás, llamé a Claudia dentro de la misma semana. Mire que uno cuando anda con el diablo, no hay fuego que lo llene.

Pero diosito me castigó y, mientras ella se dirigía al país con la misma terquedad que Lucho Fuentes paró a Ronaldo, pasó un chascarro digno del mejor capítulos de "Infieles": grité el nombre de Karina tan fuerte que no pude hacerme el loco.

La señorita se detuvo en el acto y miró hacia arriba con ojos de furia. La entiendo y asumo mi error. Pero en el momento solo pude cagarme de la risa y explicarle sin éxito que Karina no era nadie, que siempre confundía los nombres y que no pasaba nada. Obviamente no me creyó. Se vistió y se fue. Hasta el día de hoy no he sabido noticias de Claudia.

Disléxico

Querido Dis:

Esas serán las únicas palabras amables que recibirá de mí hoy, tontorrón. Aunque usted esté soltero y pueda compartir sus dulces con quien quiera, necesita un mínimo de responsabilidad. Apuesto que tampoco usa mascarilla. Zopenco.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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