Tengo una pareja de hace años, pero pronto volveré a ver a una concuñada con la que tuvimos onda cuando chicos. Ella vive en el norte y en dos semanas más vendrá a la capital por una reunión familiar.
Doctor Cariño:
Dígame pecador y patrañero, si quiere, pero este es un tren que no puedo dejar pasar y necesito de su sabia palabra. Tengo una pareja de hace años, pero pronto volveré a ver a una concuñada con la que tuvimos onda cuando chicos. Ella vive en el norte y en dos semanas más vendrá a la capital por una reunión familiar.
Hace poco nos reencontramos por Facebook, ella me contó que se había separado y que en su visita podríamos tomarnos una cosita. Yo sé que en el fondo será una lucha cuerpo a cuerpo, directa, a lo más con un maní salado y su pisco sour de aperitivo, pero después le daré tres cucharadas y la papa será muy cabezona. Lo bueno es que después ella volverá a norte y la historia será como la toalla "nova", porque aquí no habrá pasado nada. Pero igual me dan cosquillas. ¿La hago, cierto?
Memo.
Mi concuñadísimo:
Me mató con su último comentario, porque con el eslogan de la "toalla nova" me di cuenta que usted debe andar en las cuatro décadas y que tiene que haber crecido con "Don Chanchisco" y su Sabado Gigante. Y si bien soy partidario del amor en todas sus facetas, y sobre todo las posturas", y no me cabe duda que como en el comercial ochentero la visita del norte "limpia, seca y se va", igual temo que se le puede activar una bomba que podría detonarle en la cara.
En estos tiempos, las redes sociales son más sapas que el Tío Emilio y tratándose de la familia lo pueden pillar. Así que mejor hágase esta pregunta: ¿vale la pena tener una pareja si piensa ponerle los cachos? Si la respuesta es sí, mejor deje la relación hasta ahí y váyase al norte. Como sabe que la concuñada es la mujer de su vida. Hágale, mijo.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com
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