Confundido con ricura de la pega

Doctor:

Llevo 30 años viviendo en este país maravilloso, he hallado la fortuna, los mejores amigos, el amor y tres lindos hijos. Todo bien, muy bien, pero una nube gris se me cruzó en el camino.

Por descansar un poco contraté una administradora para el negocio. La mujer es una maravilla: gestiona negocios buenísimos, los cierra excelente y se gana cada millón que le pago... Pero quiere más que plata. Con tanta pega, se olvidó de vivir, de pasarlo bien, de gozar y en una cena me contó todo y me abrió su corazón.

Y yo de buena persona, me fui con ella a un hotel. Fuimos muy felices, pero para mí era eso no más. Ahora quiere más y más, y yo amo mi familia. No sé cómo cortar esto, pero cuando voy a dar el punto final, la veo tan guapa y acabamos encamados. Ayúdeme.

ESTEBAN

DON ESTE:

Usted no es buena persona, usted no ama a su familia, usted es un viejo casi tan califa como yo, que apenas ve una fémina con todo lo lindo que el Pulento le dio aúlla y va por la presa. Los demás son adornos, compadre.

Usted ya metió la pelá enterita al guáter, que estaba con pichí y cacuca. Póngase los pantalones (no se los baje), hable con la carenciada de cacheteo, dígale que se busque un galán soltero, que lo suyo fue calentura y pórtese bien, mire que está caminando por la cornisa y se puede sacar la chachu.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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