Diosa de cincuenta y algo se desquitó con tutti de su marido gorrero

Sin ser machista y traidora al feminismo, a mis 53 años me encuentro, de verdad, muy sensual y apetecida.

Doctor Cariño:

Cuando paso por la calle cerca de mi casa muchos arriesgan que les apliquen un tremendo parte por piropos. Sin ser machista y traidora al feminismo, a mis 53 años me encuentro, de verdad, muy sensual y apetecida. Pero al llegar a casa no me pescan para nada, apenas un hola todo frío, levantando un ojo de la tele o del diario. Ese es mi marido, al que hace dos meses pillé en plena sesión de Whatsapp eróticos con su amante. Me hice a la lesa, pero juré venganza, la que concreto cuando puedo y quiero, con sumo placer. ¿Para qué le escribo, si ya hago lo que quiero? Para que mi correo sea una llamada de atención a hombres que no toman en cuenta el esfuerzo de ser mujer, trabajadora y regia. Eso. No me arrepiento de nada. ¿Cuándo pararé? Cuando mi esposo deje a esa fulana.

Yayi

Yayita:

Su carta electrónica es sólo un téngase presente, en eso estamos claros. Pero no porque su orangután se revuelque fuera de casa usted va a seguir los mismos pasos. Usted es una dama y debe mostrar dignidad a pesar de todo. Le sugiero que pare toda actividad ilícita y se abra a conversar con el hombre de la casa. Dígale todo: que lo pilló, que pare la fiesta y si no, que se atenga a las consecuencias. Eso es lo que se espera de una dama. Entiendo que con la rabia se haya desquitado a lo que es porrazo con le hizo tilín, pero no se pueden echar por la borda los años de matrimonio, los hijos, los buenos momentos y los bienes en común. Pero, en fin, la receta es clara: pare la fiesta, encare al marido y de ahí vean qué hacer.

           Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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