Diosa madura y engañada dejó al borde del infarto a joven galán en una previa

Llevo un año y más sin que mi esposo, el que me juró amor eterno, me toque un pelito. Le contraté un servicio de cable erótico y nada, me exhibo desnuda del baño a la pieza y no pasa nada.

Doctor Cariño:

Me da una vergüenza terrible darle a conocer mi caso, pero la necesidad tiene cara de hereje, ¿no? Y es, precisamente, necesidad la palabra clave de mi caso, porque llevo un año y más sin que mi esposo, el que me juró amor eterno, me toque un pelito. Le contraté un servicio de cable erótico y nada, le he tratado de hacer masajes para estimularlo y nada igual, me exhibo desnuda del baño a la pieza y no pasa nada. He gastado mucha plata en gimnasio y una lipoescultura de abdomen... y aquí estoy, sola y con unas ganas de tener pasión. Yo sé por qué no me lleva de apunte, tiene otra mujer... Pero no estoy destruida, porque hace poco conocí un joven en la oficina que me piropea en forma tímida, solapada y cada vez que luzco escote se da maña para mirar lo que mejor tengo. Hace poco lo dejé haciendo horas extras a mi lado y me lancé. Nos agarramos a besos, nos "manoteamos", pero no pasó nada más. Lo dejé ahí, porque soy una dama, quiero que me aconseje y, de paso, hago hervir al mocoso antes de cualquier cosa.

Helen

Helenita:

Una pena su caso y se me dibujó en la mente una mujer madura, experimentada y con cuerpo hecho a mano, por un cirujano plástico y el ejercicio. Una diosa. Lamento lo de su esposo, que teniendo tamaño espécimen de hembra, guapa, sexy e inteligente, no la lleve de apunte y prefiera zapatear en una fonda ajena. Creo que debe dejarse de indirectas con el que juró amarla para siempre y plantearle que deje la payasada o que haga las maletas y se vaya a retozar derechamente con la peuca. Así usted podrá ejercer todo su poder para ablandarle los huesitos a su joven galán, que imagino debe estar recurriendo al consuelo más palmario pensando en los placeres y sapiencia erótica que su jefa pueda otorgarle. Ya sabe, primero aclare al marido y si no pasa nada, que se vaya o afronte ser el "venado".

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