El marido guataca

Mi marido no para de comer. Tiene una guata que parece tambor y le juro que ya no me excita. De partida, pesa 134 kilos.

Doctor Cariño:

Mi marido no para de comer. Tiene una guata que parece tambor y le juro que ya no me excita. De partida, pesa 134 kilos. Se quiere poner sobre mí y me deja plana, no se le ve nada por su barriga y, para serle franca, es poco glamoroso observarlo desnudo.

He hablado con él y no está ni ahí. Yo soy de gimnasio, de comer ensaladas y  una vida sana. De hecho, hay un cabro que me torea y tiene un cuerpo que si lo viera lo envidiaría. Es muy guapo.

Dígame cómo juego, doctor.

Ariela

Niña:

Acá usted me está embolando la perdiz, porque más allá de que su hombre sea un guataca malo para el catre, ya mira al guapo del gimnasio con papas fritas. Tiene que sincerar las cosas.

Hable con su marido para que baje de peso y se ponga a tono, o de frentón dígale la firme que si no elimina esa ponchera tiene un reemplazo que espera el turno para actuar. Ojalá que no busque la justificación del peso del caballero para ponerle los cuernos con el musculín.

Sea franca.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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