Está verde por pisar el palito, pero ella quiere ser feliz sin libreta ni fiesta

Doctor: 

Llevo tres felices meses de convivencia con una guapa, en realidad, deliciosa mujer de mi edad: 28 años. Ella me hace feliz porque es un regalo a la vista, es trabajadora, amable, culta y quiere que en poco tiempo tengamos un hijo.

Yo estoy de acuerdo con eso, porque siempre he querido ser padre e imagino que la criatura que salga de ella será igual de bella.

Le dije que nos casáramos antes de que llegue la guagua, que iba a hacer una fiesta apoteósica, con mis padres, los suyos, mis amigos y los de ella.

Y ahí se me puso seria y me dijo que no, por ningún motivo se casaría. Quedé de una pieza, en serio.

He tratado de convencerla de que nos casemos, pero insiste en que no.

Me preguntó si acaso la iba a querer más si entraba de blanco al altar y le dije que no, que la quiero más ahora mismo y siempre.

Me dijo que entonces no es necesario visar nuestro amor por ley alguna. Estoy desesperado.

Donald

Don Pato Donald:

Se sacó la premiada: guapa, con seso, trabajadora y amorosa. ¡Qué más! Ah, no quiere casarse. ¿Acaso importa?

¿Cuántos en siglos anteriores vivieron y se multiplicaron sin haber dicho sí ante las dos leyes? Incluso les fue regio.

Usted ya respondió que la quiere y la va a querer igual con o sin libreta, con o sin anillo. No la puede obligar a casarse. No siga insistiendo, porque es feo llegar a la majadería.

Mejor concéntrese en gozar juntos y chao.

Y si quiere una fiesta apoteósica, haga una, pero para celebrar que están juntos y nada más.

Y si sus viejos quieren compromiso, bueno, que se vuelvan a casar en las bodas de plata u oro.

No arruine las cosas, cásese cuando ella quiera. Y si viene un hijo o hija, la ley los pone a la par en derechos a los nacidos bajo la institución del matrimonio. No haga atados.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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