El gato negro que generó una infidelidad

Mi papá siempre se pegó la quebrada con sus amigos diciéndoles que su hijo era un hombre servicial y hecho y derecho. Yo coincido en lo primero, pero en lo segundo parece que no.

Doctor Cariño:

Mi papá siempre se pegó la quebrada con sus amigos diciéndoles que su hijo era un hombre servicial y hecho y derecho. Yo coincido en lo primero, pero en lo segundo parece que no. Claro, es que estoy casado hace cuatro años y tengo una linda familia con un par de mellizos. Y en medio de esta felicidad apareció la tormenta.

Hace dos semanas vi cómo un gatito negro se quejaba porque no podía bajar de un árbol. Me subí, lo bajé y en su collar tenía un número. Marqué, me contestó una agradecida mujer que entre lágrimas de alegría me dio la dirección para llevarle a su felino. Y ahí pasó lo que no tenía que pasar. La mujer me invitó una cerveza y le juro que no sé cómo en media hora estábamos desnudos teniendo sexo. Me perdí todo un día en esa casa que queda a media cuadra de la mía. No sé cómo decirle a mi esposa esto ni cómo responderle a la mujer del gato, que me llama y me llama.

Malulo

Don Malulo

Su papá no estaba equivocado en lo servicial que era su hijo, al nivel que presta servicios de rescate animal y servicios sexuales con una esposa e hijos que lo espera en la casa. A su papá debería darle vergüenza tener un hijo que se acuesta con una desconocida durante una tarde entera, poniéndole el gorro a su mujer. Eso de que es feliz con los mellizos y su esposa no sirve de mucho si se anda portando como patas negras.

De partida, le obligo a contarle a ella el error que cometió e inmediatamente vaya donde la señorita del gato para contarle sobre su vida marital y que esto se acabó. Se subió al árbol y ahora se subió a un atado de problemas. Su mujer lo puede cortar para siempre. Haga un trabajo de joyería.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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