No lo inflan y le salió una venezolana

No entiendo por qué cresta no puedo llegar a mi casa y que mi señora se ponga feliz. Es cosa de que abra la puerta y me pone un caracho terrible.

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Doctor Cariño:

No entiendo por qué cresta no puedo llegar a mi casa y que mi señora se ponga feliz. Es cosa de que abra la puerta y me pone un caracho terrible.

No me dan ganas de regresar a mi hogar después de una jornada laboral dura, pero buena onda. Ahora si usted me habla de hacer el amor, con suerte una al mes. Así que ya me estoy pololeando a una venezolana de mi pega para salvarme.

Supongo que está bien.

Franco

Franco:

¿Sabe qué? En vez de andar pateando la perra mejor hable con su señora. Y cuéntele que en el trabajo hay una señorita simpática que le atrae, porque en su casa ni lo infla.

Si ella cambia trate de pasarlo bien con su mujer, pero si no está ni ahí con usted disfrute a la hembra que lo infla en el trabajo. Sin antes, eso sí, conversar el tema con la persona con quien juró en el altar.

A veces las cosas no dan para más. Pero en vez de poner los cuernos puede hacerla legal.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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