La vecina

Doctor: Le eché el ojo a una vecina bastante potable, y aunque a veces da el agua, otras la corta como en racionamiento y no quiere nada. La indecisión me tiene loco.

Doctor Cariño:

¿Cómo está, doc? Oiga, usted que todo lo sabe sobre los caminos del cucharón, le cuento: a mi edificio llegó una vecina nueva al depa que está frente al mío. La conocí un día que yo venía llegando del super cargado con bolsas, y en eso la veo frente a su puerta intentando entrar una mesa. Ahí se me activó el sentido califa y me ofrecí a ayudarla. Se llama Pilar y es una trigueña muy guapa, doctor. Luego de eso la invité a mi casa a tomar once para conocernos. Ahí me contó que recién terminaba un largo noviazgo, que incluso llegó a tener fecha para matrimonio. Nos caímos bien y desde entonces todos los viernes nos vemos en mi depa o el de ella. Mientras afuera los pacos dejan el barrio pasado a lacrimógena, nosotros estábamos dele que dele. Poco a poco me empecé a empotar con la lola. Pero un día que la saludé en el ascensor no me dio ni la hora. Le pregunté qué le pasaba, pero no me pescó. Desde entonces no me habla y no me abre la puerta. No sé qué hacer. Deme alguna palabrita, doc.

Ricardo

Mi Ricky:

Oiga, buena su historia y qué suerte la suya. Si la Pili no lo pesca, va a tener que ver la forma de hablar con ella, pero con calma. Probablemente la lola está viviendo el duelo por su relación anterior y de seguro le gustó mandarse un revolcón para remover las telarañas. Pero quizás a usted le vio los colmillos demasiado afuera. En eso las féminas tienen un sentido que no falla para detectar a tipos que babean por un encuentro en el ring del amor. Dele su tiempo. Y para la próxima sea sincero con ella y dígale lo que siente. Quizás la recompensa será mejor que un tecito los viernes.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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