Yo, para ingresar a la universidad tuve que venirme este año a la capital y como mis padres no tienen buena situación, creyeron que una buena posibilidad era que yo viviera con mi hermana y su esposo, es decir, el degenerado.
Ella aceptó feliz y durante marzo y abril las cosas funcionaron bien, hasta que el abominable se le despertó el instinto carnal y comenzó a tirarse al dulce.
Mi hermana jura que su marido es una joyita, un pan de Dios y que es el mejor padre que pueden tener sus dos hijos. Mi espanto es saber que no tengo a dónde ir si salgo de esta casa, y lo peor es que vivo escapando de ese imbécil y saliendo a dar vueltas a la manzana muerta de frío cada vez que mi hermana sale.
Para más remate, el estúpido se cree un donjuán y me dice que no hay problema, que con paciencia terminaré de caer en sus brazos.
¿Tendré que dejar de estudiar y volver a mi tierraω ¿Se cansará alguna vez de molestarmeω ¿Qué puedo hacer para sacármelo de encimaω
PERLA DEL NORTE
El numerito de su cuñado es una canallada mayúscula, porque sabe que usted tiene como única alternativa vivir bajo su mismo techo. El fresco debe creer que su obligación es "corresponder" al plato de comida y a la cama que le dan.
Palabra que me enferman estos pericos; son como los jefes o patrones que obligan a las mujeres potables que trabajan a sus órdenes a pagar peaje. Es el antiguo derecho a pernada de los caballeros feudales.
Pienso, mijita, que debe informar por escrito a sus padres. Ellos resolverán qué se puede hacer en este caso. Contarle la película a la hermana es medio peligrosón, porque lo más probable es que agarre medio mal la cosa y la acusará a usted de moverle la canasta al angelito incomprendido de su marido.
Mientras tanto, puede recalcarle a su cuñado que es un ser despreciable, un gusano y que no le conocerá el lunar de la espalda ni aunque se ponga flecos. ¡Ah! amenácelo con que le dirá todo a su hermana, a ver cómo reacciona. Capaz que se aconche y recoja cañuela. Así sea.